El primer ministro chino, Li Keqiang, prevé anunciar el lunes en Brasil durante un encuentro con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, la inversión de 50.000 millones de dólares (43.800 millones de euros) en infraestructuras. El dinero va a servir para financiar, entre otras infraestructuras, una línea férrea entre la costa brasileña del Atlántico con la costa peruana en el Pacífico, que facilitará las exportaciones de los dos países a China. Brasil es el gran exportador de hierro y soja para el mercado chino. El dinero también se usará, según la prensa brasileña, para la producción conjunta de acero en Brasil.
Dentro del acuerdo también se prevé que el estatal Banco de Comunicaciones de China compre parte del banco brasileño BBM, con mil millones de activos, según Efe Dow Jones. Asimismo, está previsto que los dos países concreten la venta de una veintena de aeronaves. La potencia asiática, segunda economía del planeta, es el principal socio comercial de Brasil, séptima economía mundial. La visita del primer ministro chino llega en un momento delicado para Rousseff, que trata de convencer a los brasileños de que la recesión del países pasajera y la tendencia a la baja va a cambiar.
La presidenta prevé anunciar un ambicioso plan de inversiones en infraestructuras. Que los inversores chinos se muestren dispuestos a correr riesgos en el país en la actualidad ayudará a insuflar optimismo y confianza a las empresas brasileñas, en la actualidad algo remisas y poco proclives a fiarse del mercado local después del huracán de investigaciones sobre corrupción en la petrolera Petrobras y del poco fuelle de la economía brasileña.
En julio del año pasado, el presidente chino Xi Jinping y Rousseff firmaron un macroacuerdo millonario con 32 puntos, que incluía la compra de aviones, la construcción de plantas hidroeléctricas, líneas férreas y la participación de explotaciones petrolíferas.
También se prevé que el estatal Banco de Comunicaciones de China compre parte del banco brasileño BBM
En Argentina, los chinos han lanzado un “bote salvavidas” a la presidenta Cristina Kirchner en un momento en que el país se enfrentaba a severas dificultades en las negociaciones sobre los fundos buitres en Estados Unidos, que secaron las fuentes de financiamiento para su Gobierno.
Charlie Tang, miembro de la Cámara de Comercio e Industria Brasil-China, sostiene que China tiene lo que más le falta a Brasil: dinero para invertir. El economista Claudio Frischtack cree, sin embargo, que todavía no se conoce la calidad de las inversiones chinas, que están más relacionadas a su propia agenda que por una agenda específica del Gobierno de Rousseff.
Fuente: El Pais