Después de casi seis décadas en un mismo lugar y un largo proceso de liquidación inconcluso, cerró sus puertas “La Sirena”, negocio iniciado por Don Luis Víctor Narváez Rodríguez. Según sus sucesores, la pandemia acabó con el negocio.
Aunque hay un antecedente de la tienda que permanece en la avenida Álvaro Obregón por todo ese tiempo, la mayor parte de su historia es conocida por las generaciones de clientes en su último domicilio.
La Sirena de Obregón abrió en 1964, son 59 años vendiendo, y su operación ya no pudo más. Los propietarios colocaron un enorme letrero de renta del local, y con ello, dieron por concluida toda una época.
Aunque la historia se cuenta en décadas anteriores, el negocio se consolidó antes de 1964, cuando en la calle Álvaro Obregón había un negocio de la familia Gutiérrez, pero varios hermanos excepto uno, vendieron parte del terreno, y de ahí surgieron los locales de Don Luis Víctor, pero solo quedó en manos de la familia original el que actualmente es un local de la dulcería Costanzo, y no era propiedad de don Luis Víctor Narváez.
La idea de crear un negocio de ferretería y otros accesorios tales como los de artes plásticas, con el nombre de “La Sirena”, surgió de que en Ciudad de México el fundador del negocio admiraba a los Bomberos, y cuando vino a San Luis Potosí, fundó la primera “Sirena”, en la esquina de Damián Carmona y Reforma.
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