La tormenta tropical Erick sigue avanzando hacia las costas del Pacífico mexicano, y su posible evolución a huracán categoría 1 ha provocado alarma en estados como Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde ya se tomaron medidas preventivas.
En Guerrero, el gobierno estatal suspendió clases en los 85 municipios ante el riesgo de lluvias torrenciales, especialmente en Acapulco, donde miles de personas salieron a hacer compras de emergencia. Las tiendas y gasolinerías se vieron abarrotadas por ciudadanos que buscaban abastecerse de productos básicos como tortillas, huevo, agua y sopas instantáneas. Muchos reportaron que tardaron hasta una hora en pagar sus compras, y los estacionamientos se llenaron rápidamente.
En las gasolinerías también se formaron largas filas de vehículos, pues los conductores intentaban llenar sus tanques por temor a un posible cierre de estaciones en los próximos días. Mientras tanto, cuadrillas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) llegaron a Acapulco para atender posibles afectaciones que pudiera provocar el ciclón.
En Oaxaca, se suspendieron clases en más de 30 municipios de regiones como el Istmo de Tehuantepec, la Costa y la Sierra Sur. Chiapas también aplicó esta medida en escuelas ubicadas en zonas consideradas de riesgo, según informó la Secretaría de Educación estatal.
Además, las autoridades activaron los protocolos de emergencia y prepararon 516 albergues temporales con capacidad para proteger a más de 36 mil familias, es decir, cerca de 139 mil personas.
Hasta las 9 de la noche del lunes, Erick se localizaba a 335 km al sur-sureste de Puerto Ángel, Oaxaca, y a 535 km de Punta Maldonado, Guerrero. Presentaba vientos sostenidos de 95 km/h y rachas de hasta 110 km/h, desplazándose lentamente hacia el noroeste a 11 km/h.
La presidenta Claudia Sheinbaum pidió a la población, a través de su cuenta oficial de X, mantenerse atenta a las indicaciones de Protección Civil y tomar precauciones ante la llegada del fenómeno.
