POR: JESSICA HERNANDO.
Albert Camus una vez dijo que el hombre habita en un universo sin sentido, es decir irracional; es así como comienza la teoría de lo absurdo; el absurdista intenta encontrar el significado en la vida, sin embargo, fracasa, ya que no existe tal significado; en pocas palabras: la vida en sí es insignificante, y es el individuo el que le atribuye valor.
De eso va el cine absurdo, una historia sin sentido; claro que este cine es cien por ciento comedia, no se plantea decir que es un humor a la Adam Sandler, que últimamente en sus películas su personaje es completamente exitoso, millonario y buena onda pero le falta “algo”, o de Ben Stiller que hace unos años logró dar al clavo en la combinación de drama y comedia con su película “The Secret Life of Walter Mitty”, o Seth Rogen, que haga lo que haga, es gracioso. El cine absurdo puede llamársele comedia de culto.
Airplane!, Naked gun 1,2 y 3?, Dracula, Dead and Loving it, son cintas pertenecientes a este tipo de cine a principios de la década de los noventa, todas ellas protagonizadas por el rey del humor absurdo Leslie Nielsen, el canoso que la hacía de presidente o sacerdote en la ridícula saga de “Scary movie”. Otro ejemplo de éstas: “Spanish movie”, una parodia de películas dirigidas por Pedro Almodóvar y otras de origen español. Además están “La máquina expendedora de refrescos asesina”, “La lengua asesina”, y la reciente “Kung Fury”, el ninja que le cayó un rayo y fue mordido por una cobra al mismo tiempo, tiene que viajar al pasado y pelear contra el Kung Führer.
Es curioso como este tipo de cintas cinematográficas vacías de coherencia sacan una estridente carcajada al receptor, claro, no es para todos, hay algunos que lo consideran una total pérdida de tiempo. Sin embargo nunca está demás apreciarlas, pueden ser de bajo presupuesto (la mayoría) pero la diversión es garantizada.
La experiencia de relajarse en el cómodo sofá de su casa, o en la butaca dentro de la sala oscura del cine con palomitas y refrescos en mano, o nachos o agréguele lo que usted guste, y ver este tipo de cine es completamente amena, esta clase de películas hacen pensar: “¿Por qué me estoy riendo de esto?”. Acéptalo, aunque tengas un IQ de 150, el cine absurdo te parece gracioso.
“No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos”.
-Groucho Marx