Más de tres años después de ser arrestado, el soldado Bradley Manning enfrentará a partir del lunes 3 de junio un juicio ante una corte marcial en medio de una fuerte polémica por su carácter secreto.
Manning, un ex analista de inteligencia de 25 años, se declaró culpable de diversos cargos en febrero, pero enfrenta aún 21 acusaciones, la más grave de todas la de asistencia al enemigo. El militar ha admitido haber filtrado cientos de miles de archivos secretos del gobierno a la web WikiLeaks.
El acusado está en prisión desde julio de 2010. El juicio se celebrará en la base de Fort Meade, Maryland.
De forma paralela al proceso en Estados Unidos, el destinatario de las filtraciones de Manning, el fundador de WikiLeaks Julian Assange, enfrenta sus propios problemas legales en Reino Unido.
Assange se encuentra encerrado en la embajada de Ecuador en Londres desde junio de 2012 tras agotar sus apelaciones contra su extradición a Suecia, donde está acusado de delitos sexuales. Quito le ha dado asilo, pero para viajar allí tiene que atravesar territorio británico y las autoridades han asegurado que en ese caso lo detendrán y extraditarán.
En una audiencia antes del juicio el 21 de mayo, la fiscalía anunció que retiraba un cargo contra Manning, pero que seguirá adelante con el resto. La decisión reduce en ocho años su posible pena de cárcel, pero incluso sin tenerla en cuenta podría serle impuesta una condena de más de 150 años.
Se estima que el juicio durará hasta doce semanas y podría involucrar a cientos de testigos, entre ellos 24 que hablarán a puertas cerradas, según la decisión de la jueza, la coronel Denise Lind.
Estos 24 testigos incluyen a numerosos embajadores y oficiales del Ejército que poseen información clasificada, según Lind. Por ello decidió que no puedan conocerse sus declaraciones, para evitar la “propagación” de secretos gubernamentales y para proteger los intereses de seguridad nacionales.
Habrá una transcripción de sus testimonios, pero publicada solamente después de la censura de la información sensible. Los grupos de derechos civiles han presentado peticiones para tener un mayor acceso a los registros del tribunal, pero no han tenido éxito.
Uno de los testigos llamados a comparecer en secreto es un miembro del equipo que participó en la operación para matar a Osama bin Laden en Pakistán en mayo de 2011. La fiscalía lo ha identificado como un “operador” del Departamento de Defensa y dijo que podría comparecer ligeramente disfrazado y bajo seudónimo.
El objetivo es brindar evidencia acerca de que Bin Laden, el fundador de la red terrorista Al Qaeda, vio los documentos secretos colgados en WikiLeaks.
Los fiscales tendrán que probar más allá de toda duda razonable que Mannning creía que la información que filtró -despachos diplomáticos, archivos de los detenidos en Guantánamo, y registros de incidentes militares en Irak y Afganistán- podían ser usados en contra de Estados Unidos o resultar ventajosos para cualquier otra nación.
Manning ha asegurado que dio los documentos a WikiLeaks para hacer públicos los abusos que consideraba cometían los militares en Irak y Afganistán. Y que meditó con cuidado sobre la información que proporcionaba para asegurarse de que no pudiera causar daño.
Quienes apoyan a Manning han estado muy activos de cara a la corte marcial y se manifestarán como forma de protesta en Fort Meade el sábado. Según aseguran, la marcha reunirá a unas mil personas ante la base militar.
Entre los oradores anunciados se cuenta Daniel Ellsberg, quien filtró en su día los conocidos como “Papeles del Pentágono” que expusieron las actividades militares estadounidenses en Vietnam, entre otras cosas archivos que demostraban que el gobierno sabía que iba a perder la guerra y que se perderían muchas vidas.
El grupo apoya a Manning por dar a conocer el verdadero número de muertes civiles en Irak y Afganistán, los casos de tortura practicada por Estados Unidos en Irak y la influencia de ciertas empresas sobre la política exterior norteamericana en el mundo.
También denuncian que Manning estuvo nueve meses encerrado en completo aislamiento en una celda sin ventanas al inicio de su confinamiento, en violación de las leyes internacionales. Durante ese tiempo solamente podía salir al exterior una vez al día durante un breve lapso.
La evidencia relacionada con Bin Laden fue recogida durante la operación de 2011 contra la casa donde se hallaba oculto en Pakistán. El material incautado incluye una carta del líder terrorista en la que pide a un miembro de Al Qaeda que reúna el material del Departamento de Defensa colgado en WikiLeaks.
Comienza el juicio contra soldado que filtró informaciones a WikLeaks