¿Cómo gobernará el ‘Bronco’?

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Una de las mayores novedades de las pasadas elecciones fue la inclusión de los candidatos independientes, de los cuales un puñado fueron exitosos en distintas partes del país a pesar de que las legislaciones electorales les impusieron altas barreras de entrada. De ellos, varios asuntos han llamado la atención. Uno es el que aquí anticipé en su momento: la relativa no independencia de muchos que han pertenecido ya a los partidos políticos, situación a la que, de los que tengo presente, sólo escapa Pedro Kumamoto.

Otra arista llamativa es cómo puede gobernar un independiente luego de triunfar en la elección para ocupar la titularidad del poder ejecutivo. Este asunto gana mucha preponderancia a raíz de la contundente victoria de Jaime Rodríguez Calderón, conocido como ‘el Bronco’, en la elección de gobernador en el vecino estado de Nuevo León.

A muchos preocupa que el ‘Bronco’ llegue sin ser postulado por ningún partido, pues un gobernador que llega sin una bancada en el congreso estatal, ni el apoyo de alcaldes de su partido, tendría un serio problema de gobernabilidad. Al carecer de apoyos en esas arenas, no podría tomar decisiones y el estado se sumiría en el inmovilismo, cayendo víctima de su propio entusiasmo por encontrar alternativas a las de los partidos que tanto nos han decepcionado.

Cabe entonces hacerse con seriedad la pregunta, ¿podrán gobernar con relativo margen de maniobra los independientes si logran ganar puestos en el ejecutivo (ganarlos en el legislativo en principio no plantea este tipo de problema, aun si otros problemas sí)?

Ciertamente, la respuesta no es fácil ni creo que universal, aunque me parece que los partidos en general tendrían incentivos para no cooperar con quienes les disputen el monopolio del que hasta ahora habían gozado de la representación política institucional, y eso resulta en un panorama nada halagüeño.

Sin embargo, en el caso de Rodríguez Calderón no estoy tan convencido de que a Nuevo León le esperen seis años de gobierno completamente impotente. Aquí, su largo pasado partidista le puede dar un punto de partida. El ‘Bronco’ conservará relación por lo menos con parte del PRI. Queda claro que no con el PRI del gobernador saliente, pero probablemente con otras camarillas sí.

Además, quien haya seguido la campaña neoleonesa sabrá que en el camino hubo una declinación a su favor: la de Fernando Elizondo Barragán, candidato en su momento de Movimiento Ciudadano, pero panista de cepa. Elizondo, quien parece será integrado en el gobierno del ‘Bronco’, puede ser un puente muy importante con algunos sectores del PAN, además de con buena parte de la cúpula empresarial regiomontana.

Así, lo que sigue para Rodríguez Calderón es buscar alianzas con los sectores que pueda rescatar del PRI y del PAN, pues la llave a la gobernabilidad está en maximizarlos. Tendrá que acordar, que ceder, que suavizar posiciones o discurso, y en ese proceso probablemente que decepcionar a muchos de quienes votaron por él. Pero eso, sacar la calculadora y hacer una coalición que le de un mínimo de gobernabilidad, es lo único que resta si es que algo quiere poder hacer como gobernador más allá del discurso. Y es que sin partido tampoco es que haya mucho paraíso.

 

Twitter: @leonhardtalv

 

 

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