La ansiedad es más que solo sentirse estresado o preocupado; puede manifestarse a través de una amplia gama de síntomas físicos y mentales
Si te encuentras leyendo esto, es posible que tú o alguien cercano esté experimentando síntomas de ansiedad, una condición que, aunque común, puede ser abrumadora y afectar significativamente la calidad de vida. La ansiedad es más que solo sentirse estresado o preocupado; puede manifestarse a través de una amplia gama de síntomas físicos y mentales que pueden ser desconcertantes y a veces aterradores. Es importante reconocer estos signos y buscar ayuda profesional para abordar tanto los aspectos psicológicos como físicos de la ansiedad.
La ansiedad puede manifestarse en tu cuerpo de muchas maneras y variar en intensidad, duración y frecuencia dependiendo de la persona y de la situación. Algunos de los síntomas físicos más comunes de la ansiedad incluyen:
- Preocupación excesiva por situaciones cotidianas.
- Sentimientos constantes de nerviosismo, agitación y tensión.
- Aceleraciones del ritmo cardíaco.
- Sensación de peligro inminente.
- Problemas gastrointestinales.
- Evitación de situaciones que generan estrés.
- Dificultades para dormir.
- Problemas de concentración.
- Hiperventilación.
- Cansancio constante e inexplicable.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Ataques de pánico.
- Miedos irracionales.
- Episodios de temblores y sudoración.
Además, la ansiedad crónica puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud física y mental, como hipertensión, trastornos digestivos, insomnio y depresión. La ansiedad afecta principalmente al sistema nervioso, provocando cambios en el cuerpo como la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que puede aumentar el ritmo cardíaco y respiratorio, causar sudoración excesiva, tensión muscular y otros síntomas físicos.
Para reducir el impacto de la ansiedad en el cuerpo y mejorar la salud y bienestar psicológico, se recomienda:
- Practicar respiración profunda y lenta para activar el sistema nervioso parasimpático y producir calma.
- Realizar ejercicio físico regularmente para liberar endorfinas y reducir la tensión muscular.
- Meditar para centrarse en el momento presente y reducir la ansiedad.
- Considerar la terapia cognitivo-conductual para tratar los aspectos psicológicos y físicos de la ansiedad.
Es importante buscar ayuda profesional si experimentas síntomas de ansiedad frecuentes para recibir el tratamiento adecuado y mejorar tu calidad de vida.
Efectos sobre tu cuerpo
Intranquilidad, desesperación, preocupación excesiva y temor, ya sea por el futuro o la situación que se vive, son sensaciones que se experimentan al sufrir un episodio de ansiedad. Sin embargo, esta emoción se puede volver un problema de salud emocional, pero también físico, debido a que puede tener efectos sobre tu cuerpo.
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñoz, señala que entre 60% a 70% de las personas con trastornos de ansiedad tienden a la cronicidad; es decir a enfrentarlo más de una vez. A esto se suma que la ansiedad y la depresión están íntimamente relacionados.
Emoción que cambia tu cuerpo…
Además de ser un detonante que impide, muchas veces y algunas personas, a disfrutar la vida al máximo, la ansiedad afecta el cuerpo y aquí te decimos cómo con información de la experta Lindsay Holmes.
- Cambia tu voz. Ronca o chillona, la ansiedad provoca espasmos en los músculos de la garganta. Esto da lugar a que la garganta por lo que difícil tragar y esto ocasiona que la voz se haga más áspera.
- Reacciones hepáticas. Cuando el cuerpo se somete a estrés y ansiedad, el sistema adrenal produce una cantidad excesiva de la hormona del estrés cortisol. La hormona lleva al hígado a producir más glucosa. Para la mayoría de la gente, este extra de azúcar en la sangre en el cuerpo no ocasiona ningún problema, pero puede ser peligroso para quien sufre de diabetes.
- Reacciones cutáneas. Ese frío, sudor pegajoso o calentamiento de mejillas enrojecidas, son signos externos del cuerpo de la tensión inmediata; todo se debe a un cambio en el flujo sanguíneo. Sin embargo, a largo plazo, la exposición excesiva a esta reacción tiene el potencial de hacer que la piel envejezca más rápido .
- Músculos. El cuerpo se “endurece” de forma natural, creando tensión en los grandes grupos musculares; lo que puede dar lugar a dolores de cabeza , rigidez en los hombros , dolor en el cuello e incluso migrañas .
- Estómago. Cuando el cuerpo experimenta ansiedad no regula adecuadamente la digestión de los alimentos, y en casos extremos puede tener efectos a largo plazo sobre los intestinos y los nutrientes que absorben el cuerpo.
- Bazo. Con el fin de distribuir más oxígeno al cuerpo para contrarrestar el agotamiento durante la situación de estrés, el bazo descarga glóbulos rojos y blancos adicionales. Su flujo de sangre también aumenta por 300 a 400 % durante este proceso con el fin de preparar el resto del cuerpo para las demandas añadidas.
Existen diferente formas de controlar la ansiedad; ejemplo, realizar un poco de ejercicio o una actividad que te permita relajarte. Sin embargo, es necesario que trates de controlarlo para evitar daños a tu salud. ¡Cuídate!
Espero que la información proporcionada te haya sido de utilidad y haya arrojado luz sobre cómo la ansiedad puede afectar el cuerpo y la mente. Recuerda, la ansiedad es manejable y tratable con el apoyo adecuado y estrategias efectivas. Si tú o alguien que conoces está sufriendo, no duden en buscar ayuda de un profesional de la salud mental. La atención temprana puede marcar una gran diferencia en la recuperación y en la mejora del bienestar general. No estás solo en esto; hay recursos y personas dispuestas a ayudar.
– Excelsior