El funeral del papa Francisco fue histórico no solo por tratarse del primer pontífice latinoamericano, sino porque también fue el primero desde León XIII que pidió ser sepultado fuera de los muros del Vaticano.
Este sábado, el féretro del papa Francisco abandonó la Ciudad del Vaticano a bordo del papamóvil para dirigirse a su última morada en la basílica de Santa María la Mayor en Roma. El cortejo fúnebre recorrió las calles de la capital italiana, pasando frente al Coliseo y los Foros Imperiales, ante la mirada de miles de fieles.

La ceremonia en la Plaza de San Pedro reunió a 250,000 personas, incluyendo decenas de dignatarios internacionales como Donald Trump, quienes rindieron homenaje a un pontificado de 12 años marcado por la defensa de migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
Durante la homilía, el cardenal decano Giovanni Battista Re resaltó el compromiso de Francisco con “los últimos de la tierra” y recordó gestos emblemáticos, como la misa celebrada en 2016 en la frontera entre México y Estados Unidos.
A pesar de sus críticas hacia la política migratoria estadounidense, Francisco recibió elogios de Trump, quien lo calificó como “un hombre fantástico que amaba el mundo”.

El papa Francisco también fue recordado como un incansable defensor de la paz, especialmente en el conflicto entre Rusia y Ucrania. La ceremonia incluso sirvió de marco para un breve encuentro entre Trump y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quienes acordaron reunirse nuevamente en Roma.
La emoción popular fue evidente desde la madrugada, cuando miles de fieles se congregaron para asegurar su lugar en el funeral. Entre ellos, destacó la presencia del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, junto a su familia.
Durante los tres días de capilla ardiente, 250,000 personas desfilaron ante el féretro de Francisco, en una muestra de afecto que culminó con un funeral seguido también en su natal Argentina, donde se realizaron vigilias pese a la diferencia horaria.
El papa Francisco falleció el pasado 21 de abril, a los 88 años de edad, a causa de un ictus, tras haber superado semanas antes una neumonía bilateral.