Alrededor del lago interior del parque Tangamanga que por décadas ha estado cercado sin acceso al público, el gobierno estatal construye un jardín de estilo japonés con andadores iluminados, un estanque con cascada y un gran mirador.
En un extremo del vaso, casi vacío, un gran portal luce en lo alto el logo de la administración gallardista.
Operarios trabajan en las estructuras del mirador, con plataforma de vista al lago. Hay además un espacio de sanitarios y otra estructura techada hacia un jardín de meditación con una campana.
Un estanque con cascada está bordeado de linternas. Un puente de piedra fue erigido como paso sobre un cauce que llevará piedra en el fondo y será adaptado como arroyo permanente.
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