El Radar.
El Editorial de Antena San Luis.
Las alertas ya se habían prendido, en medio de una emergencia, “todo es justificable”, surge en ella una nebulosa convocante al caos. Ahora que llega marzo y se cumplen tres largos años de la pandemia mundial del Covid-19 que ha cobrado ya más de 6.8 millones de personas en todo el mundo y casi 7 mil en San Luis Potosí, empieza a despejarse el panorama y salen a relucir también las cochinadas. J
Justo antes de ese trance, que arrancó en México en marzo de 2020, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) alertó sobre un incremento importante de riesgos de corrupción en compras públicas entre 2018 y 2020, estas peligrosas prácticas para el erario se detonaron en todos los niveles y el estado potosino en el cúlmen del Carrerato no fue la excepción.
Ya sabemos cómo se las gastó la Dra. Mónica, sus cajas de huevo y sus kilos de blanquillo para trasladar millones y usar abiertamente empresas especializadas para “comprar” toneladas cúbicas en pesticidas que terminaron envenenando sus aspiraciones a una vida sin estigmas. Nadie le puede asignar toda la responsabilidad, y en lugar de tener a Lutzow como rehén de una ecuación en la que fue testigo, pero no beneficiario, ya era hora que en el gobierno se sacaran de la caja de huevos lo necesario para que señalaran un desfalco que pasara por un verdadero aliado de Carreras y sus alegres compinches.
La contraloría general del Gobierno Gallardista abrió hace unas horas la investigación contra los presuntos rufianes que se ocuparon de las decisiones en la Oficialía Mayor y sus extraños proveedores. Hay suficientes elementos para suponer que hubo un desfalco por 189 millones de pesos a través de una empresa de outsourcing que vende cartuchos de tinta para impresoras justo cuando el home office causado por la pandemia era la cruda vida real. Lo único que imprimía el Carrerato en ese momento era un epitafio de abuso y mediocridad. Gallardo apuntó directo y puso el dedo en algunos colaboradores clave de lo que queda del PRI bajo el feudo de Galindo, el principal Elías Pesina, aún “residente” de lo que queda del tricolor y otros personajes que caminan de puntitas para que no les explote el campo minado. En los principios del siglo XX a finales de la Revolución, en la Ciudad de México se acuñó el verbo “carrancear” en alusión a Venustiano Carranza quien presuntamente tenía tan largas las barbas como las uñas, como sus “consusuñalistas” fueron los que empezaron a institucionalizar el año de Hidalgo como una maldita tradición de las “modernidades” políticas de México. Parece broma que hoy el “carranceo” (por cierto remosado a la mitad) sea uno de los signos del Carrerato.
El gobierno que se auto nombra en cada boletín, “el del cambio” deberá resoplar con fuerza sobre su verdadera convicción de cambiar las costumbres; mientras use parapetos tan insignificantes para la verdadera combustión del pasado impresentable como al pobre mártir de Lutzow o exoneren silenciosamente contra una confesión pactada a Pineda sobre temas que no vienen al caso con daños al erario reales, no hay verdadero “cambio”, la gente lo sabe y el tiempo lo asentará. Carreras debe pagar sí o sí, y explicar los alcances de sus múltiples y caóticos genes políticos. Gallardo debe ser tan contundente en los hechos y dejarse de simulaciones para que demuestre que si es capaz de cambiar la realidad de un estado que se reparten siempre a puños.
RECADERO
*Alejandro Zermeño Guerra, rector de la U.A.S.L.P. debe sobreponerse a cualquier intento de intervención en la Universidad, la Gallardía aparentemente no está involucrada, pero ha dejado pasar a turbios personajes allegados que buscan colarse en su nombre a como de lugar en el proceso que mañana tendrá lugar en la renovación de consejerías. La Universidad debe fortalecerse y su representación plural, apartidista e inclusiva no puede pasar por nuevos manoteos porriles. La comunidad está viva y es más fuerte que nunca, los tiempos no van a retroceder aunque algún necio orangután le ponga liana de Tarzán a sus perversas intenciones.
*Ignacio Segura Morquecho, secretario de desarrollo social y regional, coordinador anticipado de todas las campañas Gallardistas, dedo chiquito del poder y suspirante a la candidatura a la alcaldía capitalina anduvo de manteles largos por su cumpleaños, reina en sus feudos un triunfalismo extraño y hasta insultante para otros que lisonjean menos y trabajan más. Habrá que observar su mañas, digo “talentos” con lupa.
*En el congreso hay ya luz verde para que la panista Liliana Flores ocupe la presidencia de la Jucopo, el tema es que le dejan la ropa usada y planchada, a la medida de otro y con las iniciales de su antecesor. Será interesante ver si, aunque sea como reto personal, transforma un poco el chato rostro de un poder legislativo, sin discusión profunda, sin contrapesos y con una reverencia indigna al palacio de enfrente.