Detrás del secuestro de Valeria Hernández, la menor plagiada en Texcoco y encontrada 12 días después en El Salvador, hay una red internacional de traficantes de personas, así lo indican investigaciones del país centroamericano.
Luis Antonio Martínez González, fiscal General, y Smirna Salazar, fiscal Especializada en Tráfico Ilegal y Trata de Personas, ambos de dicho país, detallan que el detenido por el plagio de la menor contó con ayuda de esta organización para secuestrarla, cruzar el país e ingresarla a otro territorio.
En entrevista, la funcionaria reconoce que a más de un mes de que la pequeña fue reintegrada a su familia, las pesquisas siguen, pues el único detenido hasta el momento se niega a declarar qué pensaba hacer con ella.
Valeria fue plagiada el 1 de abril en la plaza texcocana Bicentenario y, 12 días después, un residente de la localidad de Sonsonate dio parte a las autoridades sobre la menor de cuatro años de edad, que había sido abandonada en el lugar por un hombre que se identificó como Nelson Bladimir Valencia y dijo ser su padre, quien finalmente fue detenido. El expediente está lejos de ser archivado.
Detrás de este caso “definitivamente está una red internacional de traficantes de personas. Las investigaciones apuntan a que Valencia trasladó a Valeria desde México hasta El Salvador, para lo cual tuvo que haber contado con el apoyo de la estructura o red criminal”, destaca Martínez González, en entrevista.
Salazar, quien tiene a su cargo las pesquisas, indica que saber qué pretendía hacer el tratante con la niña “es un punto que aún tenemos en proceso de investigación”.
Apunta que “sí es importante advertir que no es una ruta normal para nosotros dentro de todos los casos que tenemos hasta la fecha registrados, porque prácticamente es una ruta a la inversa. Tenemos nuestro país como de origen, de tránsito y destino de la trata de personas, pero en este caso el perfil de la víctima, por la edad, no nos da para considerar que era para una modalidad de explotación sexual, tal vez una adopción fraudulenta”.
En tanto, el detenido se ha negado a confesar. Salazar explica que “la debilidad que probablemente tenemos en nuestro sistema jurídico es el hecho de no poder interrogar al imputado, porque para nuestro sistema él puede declarar lo que quiera, incluso, cambiar su versión cuantas veces desee. Además la ley dice que no puede autoincriminarse”.
Además, se recabaron indicios de que Valencia forma parte de esta red internacional de tratantes, por el dinero de México, Guatemala y Ecuador que tenía en su poder al ser detenido, lo que habla de sus posibles operaciones en estos países, indica la funcionaria.
Agrega que dentro de las indagaciones se encontró a la familia de esta persona, que prácticamente no conviven con él. “Lo cierto es que este delito no puede cometerlo una sola persona. Estamos hablando de la vulneración de fronteras en donde sabemos que todas las rutas tienen un control de estructuras que se dedican al tráfico o trata de personas, hay que pagar derechos de piso o ser parte de la red para realizar el trayecto por tierra que el captor de Valeria realizó”, indica la funcionaria.
Salazar señala también que se ha ido reconstruyendo la historia “a partir incluso de las declaraciones de las personas donde este sujeto tuvo de una forma provisional alojada a la niña, ya tenemos dos grupos de familias donde estuvo por tres o cuatro días”.
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