El presidente afgano, Hamid Karzai, condenó ayer un nuevo bombardeo de la alianza militar occidental, la OTAN, que el sábado causó la muerte de 11 niños y una mujer en el este de Afganistán, y prometió una investigación.
“Aunque condena la utilización de civiles como escudos, el presidente critica cualquier operación que provoque la muerte de civiles”, afirma un comunicado de la presidencia afgana, en el que se añade que una “delegación” irá al lugar para iniciar una investigación.
El bombardeo de la ISAF, la fuerza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, ocurrió durante intensos combates entre insurgentes talibanes y las tropas afganas y estadunidenses en la inestable provincia de Kunar, informaron fuentes del gobierno.
“Antes del bombardeo, un estadunidense murió y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad afganas resultaron heridos en un ataque de los insurgentes”, dijo a su vez Wasifulá Wasifi, vocero del gobierno provincial de Kunar, lo cual fue confirmado por las fuerzas de EU.
“Recibíamos disparos desde varias casas de la zona. Un estadunidense murió y algunos de nuestros hombres resultaron heridos. La fuerza de la coalición respondió con un bombardeo”, dijo a la agencia AFP una fuente de seguridad afgana en el lugar.
Según Abdul Zahir, el gobernador del distrito de Shigal, donde se registraron los combates, los lugareños llevaron diez cadáveres de niños a Asad Abad, capital de Kunar, y seis mujeres fueron atendidas en el hospital provincial.
Según Sayed Rahman, a cargo de la seguridad de Shigal, una mujer también fue muerta.
Abdulqahar Balkhi, un vocero de los talibanes, lamentó en twitter la muerte de “22 civiles inocentes convertidos en mártires por un bombardeo de los terroristas estadunidenses y de la OTAN”.
El sábado, el jefe de la diplomacia de EU, John Kerry, lamentó la muerte de una empleada de su departamento en uno de los dos atentados ese mismo día en Afganistán, en los que también fallecieron otros cinco miembros de la OTAN, entre ellos tres militares y el citado civil, y un afgano.
El ataque sorprendió a Kerry camino a Turquía, en otra gira por Oriente Medio y Asia. Los ataques contra los seis miembros de la OTAN en el sur y el este marcó la peor jornada para la coalición en cerca de ocho meses.
El atentado más sangriento de produjo en Zabul, una zona inestable en el sur de Afganistán.
El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto estadunidense, llegó también el sábado a Afganistán para analizar la formación que su país y la ISAF proporcionan a las fuerzas afganas.
El ejército de Estados Unidos encabeza la intervención militar coaligada de la OTAN que en noviembre de 2001, dos meses después de los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York, expulsó a los talibanes del poder y apoya al gobierno afgano. La mayoría de los soldados extranjeros se retirarán de Afganistán antes del final de 2014. A partir de esa fecha la seguridad del territorio quedará en manos de las fuerzas locales, que poco a poco se hacen cargo del país.
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