Condenan a más de 21 años de prisión a conductor que arrolló a fans del Liverpool

Un tribunal de Liverpool sentenció a Paul Doyle a más de 21 años de prisión por haber atropellado con su vehículo a una multitud de aficionados que celebraban el campeonato de la Liga Premier. El ataque dejó más de 130 personas heridas y provocó pánico entre quienes pensaron que se trataba de un atentado.

Durante el juicio, fiscales y testigos relataron escenas de caos ocurridas el 26 de mayo, cuando Doyle condujo su miniván a toda velocidad entre los asistentes al desfile. El recorrido violento duró cerca de dos minutos y solo terminó cuando un transeúnte logró subirse al vehículo y obligarlo a detenerse, quedando el automóvil encima de varias personas.

El juez Andrew Menary describió el hecho como una agresión continua y grave, señalando que el conductor arrolló a personas una tras otra, lanzó cuerpos por el aire y aplastó objetos, incluidos carriolas. Subrayó que no se trató de un accidente aislado, sino de una acción sostenida y peligrosa.

Las investigaciones revelaron que Doyle actuó movido por la ira, luego de frustrarse por no poder avanzar entre el tráfico para recoger a unos amigos que habían asistido al festejo. Según la fiscalía, el enojo dominó sus decisiones y lo llevó a ingresar deliberadamente con el vehículo a la multitud.

El acusado, de 54 años, se declaró culpable el mes pasado de 31 cargos, entre ellos conducción peligrosa y causar lesiones graves de manera intencional. Durante la audiencia, se proyectaron videos del tablero del auto que mostraban a personas intentando huir desesperadamente antes de ser embestidas.

Las consecuencias del ataque fueron profundas y duraderas. Varias víctimas relataron secuelas físicas y emocionales, desde personas que tuvieron que reaprender a caminar hasta jóvenes que no pudieron continuar con sus estudios por las pesadillas y el trauma. Incluso algunos afirmaron que ya no pueden ver partidos del Liverpool sin revivir lo ocurrido.

Doyle aseguró a la policía que entró en pánico cuando la multitud reaccionó contra su vehículo, pero el juez rechazó esa versión y afirmó que las personas solo intentaban protegerse de su ataque. Su abogado defensor reconoció la gravedad de los hechos y señaló que el acusado estaba arrepentido, aunque admitió que las lesiones eran inevitables una vez que decidió avanzar entre la gente.

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