El llamado “Magno Exorcismo” realizado el pasado 20 de mayo en la catedral metropolitana de San Luis Potosí, encabezado por el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, fue iniciativa del Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero y planeado durante un mes a partir de las declaraciones que hiciera el Papa Francisco en entrevista con la periodista Valentina Alazraki, cuando sugirió que la violencia en México es castigo del diablo.
El vocero de la Arquidiócesis de San Luis, el padre Jesús Priego, dijo en entrevista que él no participó de la ceremonia, no obstante confirmó que su realización fue para hacer frente a lo “sobrenatural”, “viendo el contexto de violencia y tantas muertes por aborto voluntario”.
Aunque no hay certeza de que el exorcismo “funcione”, el vocero reveló que el arzobispo ya invitó a las diócesis del estado a que hagan sus propias ceremonias del tipo. Priego aseguró desconocer si ya las realizaron o si las planean.
“Estamos ante lo sobrenatural y eso no se puede medir cuantitativamente, es una oración que se hace y solamente Dios sabe lo que sucede con nuestras oraciones; estamos ante la esperanza de que nos escuche”, declaró.
El nuevo ritual del exorcismo, argumentó el vocero, prevé que se haga no solamente en personas, sino también en lugares.
El periodista católico Roberto O’Farrill, que estuvo presente en el magno exorcismo, declaró que México vive una “infestación demoniaca, similar a la que vivían estos territorios antes de la evangelización” haciendo referencia a los sacrificios humanos realizados por las culturas precolombinas; Jesús Priego pidió que las palabras de O’Farrill sean tomadas con “cierta cautela… no es eso precisamente, si él hizo esa comparación, nosotros la respetamos”.
Sobre la absoluta discrecionalidad de la ceremonia, Priego repitió que la intención fue que no se prestara a malas interpretaciones; “es como dice en el Evangelio, cuando quieras orar, entra a tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu padre”, argumentó.
Fuente: Pulso