En los últimos días, Brasil se enfrentó a una de las peores inundaciones de su historia, afectando principalmente al estado de Río Grande del Sur. Ciudades enteras quedaron bajo el agua, carreteras bloqueadas y una presa se rompió, causando estragos y dejando graves consecuencias. La tragedia no solo se limitó a las personas, sino también a los animales que habitan en la zona, como lo demuestra la emotiva historia de Caramelo, un caballo atrapado en el municipio de Canoas.
Desde finales de abril, intensas lluvias azotaron la región, dejando a su paso un rastro de destrucción. Los medios locales y las autoridades informaron sobre el trágico saldo: al menos 100 personas fallecidas, más de 120 desaparecidas y cerca de 164 mil evacuadas. En medio de este caos, el rescate de animales también se convirtió en una prioridad.
Uno de los casos que capturó la atención del público fue el de un hombre que rescató a sus cuatro perros en Porto Alegre, mostrando la conexión especial entre las mascotas y sus dueños en momentos de crisis. Sin embargo, la historia de Caramelo se destacó aún más cuando imágenes aéreas revelaron al equino atrapado en un pequeño techo, rodeado por las aguas.
El rescate de Caramelo fue una operación compleja que involucró a 17 valientes rescatistas. Dada la situación estresante para el animal, se optó por sedarlo antes de moverlo. Una vez sedado, fue cuidadosamente colocado en un chaleco salvavidas y trasladado en una lancha hacia tierra firme. A pesar de los desafíos, el equipo logró rescatar con éxito al caballo, que pesaba 350 kilogramos.
Después de dos días de angustia y sin alimento, Caramelo finalmente recibió la ayuda que necesitaba. Una vez en tierra, fue atendido por veterinarios para garantizar su recuperación. Su historia, un testimonio de esperanza en medio de la devastación, se suma a los esfuerzos de rescate que continúan en la región afectada por las inundaciones.