Twitter, en Instagram, en Pinterest, incluso en Facebook, donde no tienen sentido ni función alguna. Nos dedicaremos a la red de moda, Instagram donde la presencia de hashtags es cercana a la pandemia global.
Todo gurú de Instagram que se precie conoce el famoso artículo de Mashable donde quedaron acuñados las etiquetas más populares de esa red social. La lista llega a veinte y, en teoría, si usted utiliza una de esas etiquetas sus fotos serán más populares, conseguirán más Likes y más seguidores. En resumen, sus fotos llegarán más lejos.
#Picoftheday (la foto del día) y #nofilter (sin filtro) están entre los más empleados. Sin embargo, todo el mundo sabe que la etiqueta #nofilter es más bien una mentira piadosa. Concedo que quizás haya un 0,1% de la población mundial que no use los filtros de Instagram en sus fotos, pero les aseguro que son muchos más los que aseguran en esa red social que sus fotos están hechas con luz natural. #nofilter, ¿De verdad?
Por otra parte, el uso de #picoftheday se supone excepcional. La foto del día debe ser LA FOTO, pero si usted publica cuatro diarias con esa etiqueta, el personal se acabará cansando de su autoestima desenfrenada y perderá toda credibilidad.
Estas son algunas de las etiquetas más populares:
- Para las fotos de comida:
#instañam #love #instagood #instafood
#food #yum #yummy #sharefood #breakfast #brunch #dinner #lunch #dessert #recipe
#bacon #eggs #chocolat #icecream #pie #sandwich #salad #sweets #cooking
- Para las fotos de paisajes, playas y naturaleza en general:
#leaves #lonely #location #landscape #landscapes #loneliness #trees #thevillage #beautifulplace #fall #fields #forest #road #railway #december #dark #alone #autumn #autumnsky #autumncolor #love
- Para modas y estilismos varios:
#love #cute #girl #fashion #design #beauty #style #cool #special #outfits #tops #jeans #mensfashion #trend #trends #fashionlover #menswear #men #instafashion
- Para viajes, excursiones y visitas a ciudades:
#love #travel #trip #summer #vacation #outdoors #architecture #nature #landscape #vacation #visiting #instatravel #roadtrip #mytravelgram #travelingram
Por supuesto, #iger (+la ciudad donde estéis)
Aunque
Instagram pone en 30 el límite de hashtags a emplear, desde aquí le advertimos que el uso de diez hashtag consecutivos en la misma foto es un hecho sin explicación racional alguna y que sospechamos relacionado con el
horror vacui.
Desde el punto de vista técnico la peor de las consecuencias de abusar de los
hashtags es que cuando alguien se ponga a buscar fotos por etiqueta podrá encontrar cualquier cosa menos organización y buenas fotografías. Para su vida social las consecuencias serán mucho más duras: el hartazgo que produce la profusión de etiquetas por todas partes está alcanzando cotas difíciles de imaginar. Aquí
Storify se ha hecho eco del clamor popular contra el uso irracional de etiquetas en Instagram.
Si con todo esto no consigo convencerle de moderar los hashtags a un número razonable (entre dos y tres) por foto, les propondo echar un vistazo a este
artículo de Sol León.
Y como recurso último y desesperado acudo a
Juan Pablo Puerta, ingeniero y mente cartesiana de este consultorio para que nos ilumine con sus argumentos contundentes. Es decir, para qué fueron creados y para qué debemos usar los
hashtags.
La función de los hashtags es clara: seguir la conversación de una forma no lineal y que no dependa solo de lo nos cuentan nuestros amigos. Cada tag (etiqueta) es una entrada a una de otras fotos de Instagram que -cuando tiene sentido, no es demasiado rebuscado y es adoptado por la mayoría- funciona como una suerte de armonía cibernética.
El hecho de que tenga un hash delante viene de la nomenclatura de los canales de IRC (que por si hay alguien despistado es una forma aún muy usada de chatear con varios cientos de personas en Internet). Los canales, que iban separados por temas, empezaban por un hash si eran compartidos entre varios servidores, o por un ampersand si eran locales del servidor. El hashtag denota tanto la especificidad de un tema, la elección libre (como los canales de IRC, que los creaba quien quisiera y los cerraba el último en usarlo) y la naturaleza distribuida de los mismos.
Ahora bien, ¿quién fue el genio que trasladó esto desde el IRC a Twitter? Fue, nada más y nada menos que el caballero Chris Messina (no el actor, el otro), que es, además, el padre del movimiento coworking (al menos, fue quien acuñó el término) y uno de los responsables de la adopción de Firefox a nivel mundial.
Los hashtags se han convertido en una manera perfecta de sincronizar conversaciones. Han permitido pasar de una conversación entre amigos a elegir el “canal” que queremos escuchar.
En entornos donde la sincronización es complicada, cómo en las conferencias, los oradores suelen elegir el hashtag con antelación para que los oyentes puedan comentar la ponencia en tiempo real.
Otros servicios más cerrados (como Facebook) hacen que los pobres que se empeñan en usarlos con hashtag queden como modernos de pueblo. Gente que quiere ir de enterada, pero que no termina de pillar el rollo al asunto.
Pues eso, digamos que abusar de los
hashtags es un síntoma de
chonismo y mal gusto.
Palabra de Antigurú.
http://blogs.elpais.com/antiguru/2013/05/consultorio-antiguru-hashtags-como-si-no-hubiera-un-ma%C3%B1ana.html]]>