El servicio de alimentación en el Hospital Central Ignacio Morones Prieto atraviesa por una crisis que afecta tanto a pacientes como al personal. Enfermeras han denunciado que no hay suficientes cubiertos para los enfermos, por lo que en algunos casos deben comprar cucharas por su cuenta para que los pacientes puedan alimentarse adecuadamente.
El menú del hospital ha sido reducido a una oferta fija, que generalmente incluye huevo con frijoles, un bolillo y una bebida. Además, los pacientes deben llevar sus propios vasos para recibir café, ya que el hospital no proporciona este utensilio.
Las enfermeras también señalaron que si los pacientes se retrasan en los horarios establecidos para las comidas, no se les ofrece el alimento, aun cuando sea posible servirlo. Esta situación ha generado malestar, ya que algunos pacientes tienen contratiempos debido a su condición médica.
Otra queja frecuente es la escasa cantidad de comida que se les proporciona, la cual, según los testimonios, no es suficiente para satisfacer el hambre de los pacientes, lo que agrava su situación durante el tratamiento.
El personal del hospital considera injusto que deban asumir estos costos adicionales, ya que la administración del hospital es responsable de proveer todos los utensilios necesarios para un correcto servicio de alimentos.
