Las vacaciones de Semana Santa ya acabaron, pero ningún maestro se ha presentado en una escuela para niños indígenas en las afueras de Atliaca, en Guerrero, una soleada población ubicada en la sierra en el sur de México.
Una mujer de 37 años que no terminó la secundaria se encontraba sentada en medio de dos niñas en uno de los escalones de cemento afuera de una cocina; todas tenían la vista puesta en unos desgastados cuadernos mientras estudiaban con dificultad el alfabeto y la multiplicación básica.
“Aquí las tengo, y les tengo que enseñar mientras están aquí y no tienen clases”, dijo la cocinera, que sólo se identificó por su primer nombre, Gudelia, por temor a que los maestros huelguistas tomaran represalias en su contra.
A poca distancia, millares de profesores marchaban por las calles en la capital del estado. Algunos llevaban el rostro cubierto y blandían palos y tubos de metal, un aspecto agudizado del enfrentamiento por la reforma educativa que se ha convertido en una prueba crucial para el proyecto del presidente Enrique Peña Nieto de transformar una de las instituciones más disfuncionales de México.
La disputa ha capturado los titulares de la prensa en México y frena el avance de la reforma educativa nacional en la que Peña Nieto confía como una primera avanzada para impulsar cambios más controvertidos. Estos incluyen abrir la compañía petrolera estatal a la inversión privada y extranjera, y ampliar la base fiscal de México, posiblemente con la primera aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas.
La primera victoria legislativa importante de Peña Nieto después de asumir en diciembre la presidencia fue una enmienda constitucional que eliminó una práctica que había persistido durante décadas en México en la que se vendían las plazas de maestros y a las que ahora se accederá mediante un examen nacional homogéneo.
Este cambio es una herejía para un grupo disidente de un sindicato de maestros de escuelas primarias y secundarias en Guerrero, uno de los estados más pobres y con los perores niveles educativos en el país.
Los maestros afirman que el examen es parte de una conjura para despedirlos masivamente en un paso previo a la privatización de la educación, aunque hay poca evidencia de que ese sea el propósito del gobierno.
Los partidarios de la reforma afirman que los disidentes temen simplemente perder el control del sistema educativo estatal y de sus recursos, a pesar de la necesidad de una reforma a un sector que devora la mayoría del presupuesto y que produce resultados peores que en prácticamente cualquier otra de las grandes economías del mundo.
Hace más de un mes, los 20 mil integrantes del grupo disidente protestaron en las calles, en tanto que cientos de miles de niños se han quedado sin clases. Después, el grupo emprendió una serie de protestas que han alterado otras actividades.
El miércoles 10 de abril, los inconformes recibieron el apoyo de uno de los tantos grupos de autodefensa que se han multiplicado en los últimos meses en los estados pobres de México. El jueves 11 de abril, los maestros bloquearon al menos por tercera ocasión la principal carretera que va de la Ciudad de México al puerto de Acapulco, lo que retrasó el tránsito varias horas.
El viernes 12 de abril, los manifestantes del magisterio cerraron los accesos de algunas de las tiendas más grandes en la capital estatal, Chilpancingo.
Tras el regreso del ex partido gobernante al poder, Peña Nieto se ganó el reconocimiento internacional en sus primeros cinco meses al mando por enfrentar a algunos de los personajes más poderosos en su país.
Peña Nieto encarceló a la titular del principal sindicato nacional de maestros cuando ésta amenazó con oponerse a la reforma educativa. Después presentó una propuesta para abrir las telecomunicaciones que causó una caída multimillonaria en las acciones de las empresas telefónicas que dominan el mercado nacional y que pertenecen al hombre más rico del mundo.
Ahora el presidente enfrenta imprevistamente una tenaz resistencia de maestros de las regiones rurales que visten sombreros de paja y sandalias de plástico en su primer conflicto directo con la extrema izquierda de México, un grupo diverso y disperso que incluye a estudiantes activistas, sindicatos, anarquistas y remanentes de grupos rebeldes indígenas.
Los maestros disidentes y su lista cada vez mayor de aliados afirman que nuevas protestas están programadas a partir del lunes 15 de abril en otros estados pobres y con fuerte presencia indígena.
“La propagación del conflicto a otros estados se convertirá en un verdadero problema. Significa que simplemente el gobierno no puede impulsar una agenda desde arriba”, dijo Federico Estévez, profesor de ciencias políticas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
El conflicto se exacerba por la importancia que tienen los trabajos de maestro en las comunidades pobres en las montañas y costas, donde los sindicalistas disidentes tienen la mayor fuerza.
Quien logra una plaza de maestro en Guerrero tienen garantizado el empleo de por vida, prestaciones y jubilación. Ganan un promedio mensual equivalente a entre 495 y mil 650 dólares (6 mil 400- 21 mil pesos, considerando un tipo de cambio de 13 pesos por dólar), dependiendo de su grado de capacitación y antigüedad, muy por arriba de las pagas en las zonas rurales, según maestros y expertos.
Una vacante puede costar un equivalente de hasta 20 mil dólares (260 mil pesos, considerando un tipo de cambio de 13 pesos por dólar), que por lo general van al maestro que dejará la plaza, una parte para el sindicato y otra para las autoridades estatales.
Con información de: Animal Político
http://www.animalpolitico.com/2013/04/maestros-en-mexico-ponen-a-prueba-al-presidente/#axzz2QYrb26wL