El tránsito de migrantes por México se ha convertido en un viaje lleno de peligros y violencia, agravado por la acción de grupos criminales que aprovechan su vulnerabilidad.
Un grupo de migrantes, víctimas de secuestro en Reynosa, Tamaulipas, relató el horror vivido al intentar cruzar la frontera hacia los Estados Unidos. “Estamos huyendo de México”, expresó una mujer entre lágrimas, mientras era escoltada junto a otro hombre por elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional. Ambos fueron trasladados en autobús hacia Villahermosa, Tabasco, con la posibilidad de ser deportados a su país de origen.
Los migrantes denunciaron que, tras ser liberados por sus captores, fueron nuevamente detenidos por autoridades mexicanas. Este caso refleja la compleja y peligrosa situación que enfrentan quienes cruzan el país en busca de una vida mejor.
El secuestro de migrantes, una amenaza constante
La privación de la libertad, la extorsión y el cobro por tránsito son los principales delitos que acechan a los migrantes en México. En 2023, las autoridades reportaron el secuestro de al menos 31 migrantes en Tamaulipas, principalmente venezolanos.
Uno de los casos más recientes ocurrió cuando un autobús de la empresa Senda, que transitaba por la carretera Reynosa-Matamoros, fue interceptado por hombres armados vinculados con grupos criminales. En 2019, un autobús con 22 migrantes fue secuestrado en la carretera San Fernando-Reynosa, y el paradero de las víctimas aún es desconocido.
Las cifras récord de migrantes en 2023, que alcanzaron los 2.2 millones, han ido acompañadas de un aumento en los secuestros. Organizaciones señalan que los captores suelen exigir pagos para liberar a las víctimas o, en algunos casos, evitan que estas refuercen a cárteles rivales.
Un llamado a las autoridades
Los migrantes y organizaciones civiles han exigido al gobierno mexicano que refuerce las medidas de seguridad y combata los delitos que afectan a esta población vulnerable. Al mismo tiempo, el testimonio de los afectados pone en evidencia la necesidad de crear rutas seguras y políticas migratorias que prioricen la protección de los derechos humanos.