El presidente interino de Corea del Sur, Han Duck-soo, fue destituido el 27 de diciembre por el Parlamento, marcando un nuevo capítulo en la crisis política que comenzó con el fallido intento del gobierno anterior de instaurar la ley marcial. Esta moción fue aprobada en una votación unánime, aunque estuvo acompañada de fuertes protestas de los miembros del partido gobernante, quienes alzaron los puños y cantaron en señal de desacuerdo.
Con 192 votos a favor, Han Duck-soo se convirtió en el primer presidente interino de Corea del Sur en ser destituido, tras la remoción de su predecesor, Yoon Suk Yeol, el 14 de diciembre. Ante este giro, el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, asumió como presidente interino del país. En su primera declaración, Choi aseguró que su administración trabajará para reducir la tensión política y superar la crisis.
El conflicto surgió cuando el presidente Yoon Suk Yeol, en medio de un enfrentamiento con la oposición sobre los presupuestos del Estado, intentó instaurar la ley marcial el 3 de diciembre, enviando tropas al Parlamento. Sin embargo, los diputados lograron evitarlo, anulando la ley con una votación esa misma noche. A pesar de la revocación de la ley marcial, Yoon fue destituido el 14 de diciembre, aunque su salida definitiva depende de la validación de la Corte Constitucional, que tiene hasta seis meses para decidir. Sin embargo, la falta de jueces en el alto tribunal ha complicado la situación.
La oposición acusó a Han Duck-soo de bloquear la investigación sobre los responsables de la “rebelión” del 3 de diciembre, y de no nombrar los tres jueces necesarios para completar la Corte Constitucional. Estos nombramientos fueron considerados cruciales por la oposición para evitar que Yoon pudiera regresar a la presidencia.