Benjamín Ascencio Bautista es uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace nueve años en Iguala, Guerrero, era un joven amable, expresivo, alegre que ayudaba en la casa y a su mamá cuando vendía ropa, así lo describe Cristina Bautista, quien no pierde la esperanza de encontrarlo con vida y asegura que lo buscará a su hijo sin cansancio hasta su último aliento.
Cristina y los padres de los 43 se reunieron con Andrés Manuel López Obrador el pasado 20 de septiembre para hablar sobre la desaparición de sus hijos, pero asegura que hay archivos faltantes referentes a las transcripciones de lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014, datos clave que permiten saber qué sucedió ese lamentable día.
“El sueño de mi hijo era estudiar”: madre buscadora de Ayotzinapa
Durante una entrevista con El Heraldo de México Cristina narró que dejó todo su trabajo, su hogar y a sus otros hijos con el objetivo de encontrar con vida a Benjamín y en cuanto se enteró de lo ocurrido, se trasladó a la escuela Normal Raúl Isidro Burgos.
“Dejé mi cosecha, soy campesina, siembro maíz, calabaza y frijol y dejé todo, me quedé 19 meses sin moverme de la normal; no podía regresarme, porque cuando llegara mi hijo Benjamín él tenía que ver que yo estaba ahí, buscándolo”, asegura la madre del joven de 19 años que sólo llevaba dos meses estudiando.
“Lo más fuerte fue que no dormíamos, a veces sí, pero nos acostábamos a la una de la mañana y despertábamos a las cinco, con el tiempo nos empezamos a enfermar, pero el pueblo de México es muy solidario y nos llevaron todo tipo de víveres y así armamos una cocina en la cancha techada”, recuerda Cristina Bautista.
Cristina Bautista no descansará hasta encontrar a Benjamín
La madre buscadora asegura que a los pocos días de lo sucedido en 2014, todos los padres y madres de los 43 estudiantes comenzaron a recibir ayuda de organizaciones internacionales, fue aquí donde se encendió la esperanza de encontrar con vida a su hijo, detalló que incluso participaron peritos argentinos que se involucraron en el caso.
Explicó que gracias a ellos las autoridades en turno no les entregaron cuerpos que no pertenecen a sus hijos, porque los peritos argentinos el día 4 de octubre hicieron las pruebas de ADN porque en la Fiscalía del Estado de Guerrero, cuando hicimos la denuncia, nunca nos pidieron ADN” y agregó “ahí yo entendí que no hicieron bien las cosas” refiriéndose al Gobierno, reconoció que pensó que todo era provocado por la delincuencia organizada.
Cristina relató que las autoridades solo les dijeron “ahí les avisamos si cae un cuerpo”, y señaló que “ahí empezó nuestro martirio, porque todos los días era marchar, en Acapulco, Iguala, Chilpancingo, la CDMX, y hasta la fecha”.
Una madre buscadora que fue limitada por su género
Cristina lamenta que su género fuera una impedimento para buscar a su hijo, no sólo para ella sino para las demás madres buscadoras, confiesa que se creía que algunos de los jóvenes podían haber escapado y estar en la sierra, por lo que diario se organizaban grupos de búsqueda entre familiares para meterse entre las montañas; sin embargo, Cristina y decenas de madres fueron imposibilitadas de unirse a los equipos de rastreo debido a un simple motivo: ser mujeres.
“Claro que yo me anotaba en las listas, quería buscar, pero decían que no, que tenían que ir sólo hombres, entonces un día iba mi papá, un día mi hermano en las búsquedas, pero todo eso fue una simulación, porque en ese tiempo la gendarmería limitaba los espacios de búsqueda”, recuerda con claridad la mamá de Benjamín.
Cristina Bautista: Creyeron que por ser campesinos nos iban a engañar
El momento más crudo para ella y los padres de los 43 normalistas llegó cuando se dieron cuenta que las fuerzas armadas del Estado mexicano limitaban la búsqueda, lo que interpretaron como que eran precisamente las fuerzas federales quienes no querían que se supiera más del caso.
“Fueron ellos quienes desaparecieron a nuestros hijos, por eso no buscaban bien, por eso nada más nos engañaron, como somos campesino e hijos de campesinos pensaron ‘los vamos a engañar’, pero se equivocaron con nosotros, no nos pudieron engañar, no nos pudieron entregar un cuerpo que no perteneciera a nuestros hijos gracias a los peritos argentinos y estamos a 9 años sin saber nada de dónde están, pero nos mantenemos de pie”.
El Heraldo de México