CRÓNICA | El nuevo jefe político del país, AMLO, se sienta con los virreyes para decirles de qué va

Es un momento simbólico. Los gobernadores, escudados en el federalismo, hicieron y deshicieron durante el sexenio de Peña. López Obrador ahora instaurará delegados poderosos que representarán directamente a la Presidencia de la República y vigilarán el gasto. Básicamente les ha cambiado la jugada y muchos gobernadores no estaban contentos.

El discurso de López Obrador fue claro: no se permitirá la corrupción, símbolo del sexenio que termina.

Unos ya se van y perdieron todo en la elección del 1 de julio; otros aún se mantendrán en el poder por medio sexenio más, acusados de corrupción y de no poder con la inseguridad en sus estados. Otros son impresentables para él, como Alfredo del Mazo Maza, el único Gobernador de la escuela del Presidente Enrique Peña Nieto que consiguió el Estado de México en una cuestionada elección, el año pasado.

De caras largas, quienes han gobernado hasta hoy como virreyes se reunieron este día con Andrés Manuel López Obrador, virtual Presidente de la República, como Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). AMLO es el nuevo jefe político del país. Es el que dictará las reglas. Se sentaron con el hombre al que atacaron y que traicionaron, como el caso de Graco Ramírez, a quien el tabasqueño apoyó en 2012 para llegar a la gubernatura de Morelos y que abiertamente le dio la espalda al llegar al poder.

Es un momento simbólico. Los gobernadores, escudados en el federalismo, hicieron y deshicieron durante el sexenio de Peña. López Obrador ahora instaurará delegados poderosos que representarán directamente a la Presidencia de la República y vigilarán el gasto. Básicamente les ha cambiado la jugada y no estaban, muchos, contentos.

Los gobernadores tuvieron que dar la cara y López Obrador les informó, “aclaro, no les advertí”, que el objetivo principal de su Gobierno sería el combate a la corrupción.

“No fue advertencia, les informé que era la prioridad de mi Gobierno”, dijo al finalizar la reunión durante una conferencia de prensa. “No se va a tolerar la corrupción de nadie, cero corrupción, trátese de quien se trate. Nadie por encima de la ley, ni familiares”, les dijo.

“Cero corrupción, cero impunidad”, insistió.

AMLO, reunión con personajes cuestionados y con los que tendrá que gobernar. Foto: Prensa AMLO

Pero antes se dio una pasarela en la que había varios perdedores: de los nueve que se irán este año, cinco de ellos perdieron sus estados precisamente frente al partido que López Obrador fundó para poder llegar a la Presidencia: el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Uno de ellos, Graco Ramírez Garrido, Gobernador de Morelos por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y quien perdió la entidad frente al candidato de Morena Cuauhtémoc Blanco, esta tarde se sentó enseguida de Alfredo del Mazo. Las caras eran largas. Era el lado perdedor de la mesa.

Ramírez tiene acusaciones de corrupción, nepotismo y persecución de detractores políticos por organismos de la sociedad civil y activistas, entre los que destacan Javier Sicilia Zardain, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien fue amenazado de muerte apenas hace unos meses. Sobre el perredista pesa el incumplir su promesa de campaña de reducir los niveles de inseguridad en la entidad y de querer imponer a su hijastro Rodrigo Gayosso Cepeda en la gubernatura de Morelos.

Otro de los Gobernadores cuestionados que en dos años de gestión desilusionó a sus electores es Miguel Ángel Yunes Linares. Yunes, quien llegó al Gobierno de Veracruz en 2016 y le arrebató el reinado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) que pesaba sobre los veracruzanos desde hacía más de 80 años, quemó sus naves en menos de dos años al dejar un estado bañado en sangre y con uno de los principales problemas de inseguridad del país.

El equipo del próximo gobierno federal en la primera reunión con los mandatarios estatales. Foto: Conago

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