Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosr
En las últimas horas, ha circulado en las redes sociales, así como en algunos medios de comunicación locales, una carta firmada por la Comunidad del CEARTSLP y dirigida al gobernador Ricardo Gallardo Cardona. En ella, se denuncia que en los últimos años este centro de producción y difusión artística ha sido víctima de recortes presupuestales, así como del desmantelamiento de su planta laboral, lo cual dificulta cada vez más el cumplimiento de su función.
Esta carta fue enviada luego de que el actual gobierno tomara la decisión de convertir la galería principal de exposiciones de este recinto en las nuevas oficinas del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa. Este motivo habría llevado a la artista visual Verónica Gómez a cancelar su próxima exposición prevista para este espacio, como parte de la celebración del XVI aniversario del Centro de las Artes de San Luis Potosí.
Esta carta, que tiene como objetivo la apertura del diálogo para poder corregir el rumbo de esta última decisión, me genera un severo cuestionamiento sobre lo que este gobierno entiende por cultura y como decide acomodar sus prioridades.
De acuerdo con información del periódico Pulso, en 2024, más de una decena de organismos e instituciones relacionadas con la difusión y promoción cultural en nuestro estado sufrieron en conjunto una pérdida de 60.3 millones de pesos respecto al año pasado. En el caso del CEARTSLP, su merma fue de 9 millones de pesos.
La SECULT, por su parte, obtuvo 30 millones de pesos menos. Otros espacios como el Archivo Histórico, el Instituto Potosino de Bellas Artes y la Cineteca Alameda también se vieron afectados.
FENAPO
Aunque son casos relativamente aislados, es interesante el contraste de estos hechos con la cada vez más grande Feria Nacional Potosina.
Digo que son casos mas o menos aislados, pues el titular de la Secretaría de Cultura, Mario García Valdés, dijo que el presupuesto que su dependencia ostenta no será destinado para financiar las actividades de nuestra feria nacional. Dejando como incierto, el verdadero origen del recurso destinado a este evento.
Pero mas allá de no obtener recurso por parte de la secretaría, es indudable que este evento es una prioridad dentro del esquema de cultura de nuestro estado. Para la edición de 2022, según el gobernador, en la organización de la feria se gastaron 50 millones de pesos, mientras que en la de 2023 fueron 80, representando un aumento del 60%. Siguiendo esta tendencia, este año se puede estimar un gasto de alrededor de 128 millones de pesos.
En este contexto, si a los potosinos nos está costando tanto dinero la organización de este magno evento, uno esperaría que tuviera una logística impecable, que se cuidara hasta el más mínimo detalle de su organización y que se implementaran la mayor cantidad de medidas posibles para que todos los asistentes puedan disfrutar de un evento de la máxima calidad.
Curiosamente esto se ha dificultado, pues la antesala de la feria, los días previos a su arranque, estuvieron protagonizados por una serie de polémicas y acusaciones bastante graves.
Hace menos de un mes, tuvo cabida mediática la indignación de los comerciantes, quienes respecto al año pasado, denunciaron un aumento en las rentas de los espacios del 270%. Aunque esto fue desmentido por nuestro mandatario, el días e ayer, ya iniciada la feria, el patronato de este evento se vió obligado a hacer un descuento en sus tarifas después de estos reclamos.
Otra de las manchas de esta edición se suscitó con el autor de la canción oficial titulada Visita nuestra feria, la cual fue seleccionada a través de una convocatoria oficial. Apenas dos días antes de la inauguración del evento, el cantante Alberto Fierro denunció que no se le había notificado aún cómo y cuándo sería su presentación en el teatro del pueblo, argumentando que el patronato organizador parece priorizar solamente la presentación de los artistas “reconocidos e importantes” (como Luis Miguel, !ah no!) y no la promoción del talento local como se había prometido.
Apenas van tres días desde que comenzó esta feria y los cuestionamientos no tardaron en llegar. Esperemos que los responsables puedan corregir el rumbo y evitar que situaciones como estas continúen presentándose. Pero lo cierto es, que si a estas cuestiones no se les prestó atención con antelación al evento, entonces quien sabe en que estaban trabajando los organizadores, para nada creo que su atención se haya desviado a hacer de la FENAPO una vez mas, un evento mas proselitista y megalómano que cultural.
Hasta el próximo lunes