El pensar en la Fórmula Uno no estaba en los planes de la mexicana Dalia Ramos cuando salió de la universidad, pero el deseo de una maestría que la llevó a Inglaterra la inició -sin saberlo – en lo que sería su preparación para llegar a la máxima categoría.
Hoy, Dalia encabeza al equipo de Build y Test de Alpine y es una de las cuatro mujeres en este departamento en la fábrica de Enstone, Reino Unido, en donde tiene a su cargo el proceso de ensamblaje mecánico (partes internas, caja de velocidades, sistema de gasolina, frenos), el ensamble de chasis, además de las pruebas mecánicas de los compuestos y la coordinación de envío de piezas al circuito así como su recepción para mantenimiento y servicio.
“Si soy sincera, Fórmula 1 no era algo que imaginara en donde pudiera trabajar, siempre me han encantado los autos, siempre quise hacer autos, pero busqué retos. Decidí salirme del área aeroespacial y empecé a ver autos de lujo y cosas así. Pero llegó la Formula 1, la cima de la ingeniería, y fue el tiempo correcto para el equipo y para mí”, dijo en entrevista con MILENIO–La Afición.
El compromiso es grande, pero su pasión por mejorar procesos, analizar a fondo el funcionamiento la ha llevado a brincar del área aeroespacial de Rolls Royce a la F1 y ahora no solo tiene la responsabilidad de dejar en punto los autos del español Fernando Alonso y el francés Esteban Ocon, también hacer cambios internos para regresar a la cima del campeonato.
Tú eres una de las pocas mujeres involucradas y además tienes la misión de cambiar las cosas…
La F1 es un deporte que ha sido creado para hombres y por hombres, pero eso no quiere decir que no podamos cambiarlo y tampoco quiere decir que ellos no quieran cambiarlo, ahorita hay un impulso muy grande en las escuderías y la F1 para traer más talento femenino y en general la diversidad. En la empresa por ejemplo, han lanzado Rac(H)er, que es una iniciativa para atraer más mujeres a los deportes del automovilismo. Se dieron cuenta que la diversidad significa eficiencia y mejor rendimiento en todos los aspectos.
¿Te genera presión estar a la cabeza de estos cambios?
Creo que sí es mucha presión, pero es una presión con la que estoy acostumbrada a vivir y trabajar. A simple vista parece que no son tan difíciles los retos; sin embargo, creo que son muy sutiles y al final del día te das cuenta que estás trabajando el doble por demostrar qué eres, para ganarte la credibilidad y respeto. Sí me ha tocado esforzarme más a lo largo de mi carrera, pero gracias a Dios he logrado retos importantes y eso me da la confianza. Pero si es una presión extra que no creo que todos mis colegas tengan. A final del día, es algo a lo que me he acostumbrado y cuando miro atrás me doy cuenta que mis triunfos son aún más grandes.
¿Cuáles son los cambios que has hecho?
Hubo una reestructura en el equipo y decidieron que querían hacer las cosas diferentes, que este equipo solía ganar campeonatos hace 15 años y de repente se estaban quedando atrás, entonces dijeron ‘tenemos que cambiar’. Ahí fue donde llegue yo. Siempre había querido estar en un lugar donde pudiera dejar mi huella, cambiar la cultura de una manera positiva. Honestamente desde que llegué no me han dicho a nada que no, los cambios cuestan trabajo y no son tan rápidos como uno quisiera, pero afortunadamente tengo el apoyo.
Ahora Alpine tiene el proyecto especial que va directamente a las mujeres.
Hemos estado platicando para ver qué es lo que vamos a hacer para que esto sea más diverso e inclusivo. Ahora llegó la iniciativa Rac(H)er que es básicamente cuestionar porqué no hay pilotos mujeres en la F1, a pesar de que es un deporte que también es para mujeres. Crearon esta iniciativa que para desarrollar a las futuras pilotos, desde pequeñitas (4-5 años) y ver qué vamos a hacer para que las demás chicas vengan a trabajar con nosotros y eventualmente sean la fuerza del futuro en la fábrica y en el desarrollo. Es un plan ambicioso, porque somos 850 empleados y el 12% somos mujeres y el objetivo es que dentro de 5 años seamos 30%.
¿Cuánto tiempo calculan para que llegue la primera mujer a la Fórmula 1?
El programa que están desarrollando para las pilotos es a 10 años, es un programa que si hoy encuentras a una niña que tiene el talento y que tiene los recursos van a pasar 10 años para que esté lista para competir. Obviamente es un programa largo, porque esto toma tiempo, pero por ejemplo, tenemos los Academy Drivers, que se preparan para F3, F2 y F1, y ya tenemos algunas chicas, pero en que parte del esquema caen, realmente no lo sé.
¿Dónde te ves en 10 años?
Por lo que ha pasado en 10 años, me doy cuenta que puede aparecer una oportunidad completamente inexplicable y que tal vez me resuene. Hoy puedo decir que llevo un año en F1 y me encanta, aún me falta mucho que aprender, hay muchísimo y me apasiona. Me gustaría aprender y crecer aquí, pero siempre he soñado con regresar a México, algún día en el futuro siento que el día que me retire será allá.
Milenio