DE PROTAGONISTA A COMPARSA: LA REALIDAD DEL PAN EN SAN LUIS

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

El Radar

Por Jesús Aguilar

A lo largo de la última década, el Partido Acción Nacional (PAN) en San Luis Potosí ha pasado de ser un actor político que definía tendencias a convertirse en un ente evidenciado por disputas internas profundas que han socavado su liderazgo. 

El conflicto que se vive en la estructura interna del partido, descrito en informes periodísticos evidencia una lucha fratricida en la que intereses ajenos y ambiciones desmedidas han debilitado la capacidad organizativa y la presencia en la arena política del estado. Cómo estas disputas internas han contribuido a la actual situación crítica del PAN en San Luis Potosí.

Contexto Político y la Crisis Interna

El escenario actual del PAN se caracteriza por una vacancia en su presidencia y por un litigio prolongado que ha dejado a la organización sin una dirección clara. Se han denunciado conductas irregulares durante elecciones internas, donde ahora además de artilugios en los comités municipales se acusa la compra de votos.

Este tipo de prácticas no solo ponen en entredicho el compromiso del partido con la transparencia, sino que también revelan una polarización interna que se agrava por la búsqueda de intereses individuales por sobre el bien común.

La expresión “manos ajenas buscando poder” se ha convertido en un eslogan que resume la desorientación en la cúpula panista. Expertos en política mexicana señalan que la injerencia de actores externos y la falta de una estrategia unificada han contribuido a que el PAN se diluya en las contiendas estatales, cediendo protagonismo a fuerzas emergentes como Morena y el partido Verde, que han logrado capitalizar el desencanto ciudadano y la frustración por una política tradicional marcada por la disputas internas.

El Dr. Juan Pérez, catedrático en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, argumenta que “la crisis interna del PAN no es un fenómeno aislado, sino la culminación de años de falta de renovación y liderazgo inflexible”. 

Pérez señala que la lucha por el poder interno, alimentada por prácticas clientelistas y maniobras electorales cuestionables, ha mermado la credibilidad del partido frente a una ciudadanía cada vez más exigente y vigilante. Según sus estudios, “una organización política se fortalece cuando sus miembros comparten un proyecto común, pero en el caso del PAN, la fragmentación y la corrupción interna han convertido lo que podría ser una plataforma robusta en una disputa estéril y destructiva”.

La académica Marta Ruiz, especialista en procesos electorales y democráticos, subraya que “las luchas fratricidas no solo desgastan la imagen de una institución, sino que también desvían recursos y energías que podrían ser destinados a políticas de impacto social”. Ruíz destaca que la denuncia de compra de votos en elecciones internas es un síntoma de una crisis ética y moral que afecta a todo el entramado del partido. Además, advierte sobre el peligro de permitir que intereses externos se infiltran en los procesos internos, ya que “una vez que se quebranta la confianza en el mecanismo democrático de elección interna, es casi inevitable que se refleje en todos los niveles de acción política”.

Varios expertos coinciden en que la debacle del PAN en San Luis Potosí se puede interpretar como un proceso de autodestrucción que ha permitido a otros actores políticos, especialmente a Morena y el partido Verde, posicionarse con mayor fuerza. La ausencia de una respuesta coordinada por parte del PAN ha creado un escenario en el que se cuestiona si el partido podrá recuperar el liderazgo que alguna vez tuvo o si quedará relegado a un papel secundario.

Más allá de los Azuara, de los pactos internos y la jubilación de sus ex símbolos, el PAN no logra conseguir una representación digna en casi ninguno de los espacios que aún ocupa… o no?

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