Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosr.
Ricardo Gallardo estará comenzando la segunda mitad de su gobierno bajo una dualidad extraña y, quizás, peligrosa. Mientras su poder pareciera expandir sus límites, llegando a un nivel federal, su capacidad de operación local comienza a debilitarse.
FEDERAL
Las elecciones del pasado 2 de junio le dieron cargos en el Congreso de la Unión a gente sumamente cercana al gobernador, personajes como José Luis Fernández, Leonor Noyola y Gilberto Hernández, quienes deben todos sus éxitos políticos al gallardismo, ocuparán cargos como diputados federales y senador, respectivamente. De igual forma, haciendo gala del cinismo y la desvergüenza, su padre, Ricardo Gallardo Juárez, y su esposa, Ruth González Silva, estarán representando los intereses y la voluntad del mandatario potosino en la próxima legislatura.
Hay quienes han comentado, ante este contexto, que RGC ha construido un poder de alcance no solamente local, sino también federal, lo cual lo vuelve indispensable para la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación. Y aunque aritméticamente pudiera ser cierto, estoy convencido de que no habrá ningún legislador federal, ya sea del Verde o del PT, que tenga el atrevimiento de contravenir alguna iniciativa promovida por Morena, más allá de que le deban su posición a algún gobernante local, sea quien sea. Esto, en todo caso, haría que la cordialidad y el respeto se hagan presentes entre las interacciones necesarias entre Morena y el Verde potosino, aunque en la realidad se quieran agarrar a patadas.
LOCAL
Por el contrario, no sería sorprendente que fueran los mismos hombres fuertes del gallardismo quienes comiencen a debilitar su estructura.
Faltan tres años para el 2027 y la carrera por la gubernatura y cargos de importancia en nuestro estado ya comenzó. La designación del Partido Verde, todo parece indicar, será única y exclusivamente para quien el gobernador decida dar su venia, y en este sentido, ya hay una clara favorita.
La nula discreción con la que se ha promovido la idea de que Ruth González Silva ocupa la primera posición en la línea de sucesión del oficialismo local, siendo el mismo Gallardo quien la ha promovido en entrevistas con medios nacionales, y el mismo Nacho Segura, dirigente del Partido Verde, quien ya la anunció como prospecto, podría llegar a dividir al gallardismo por una cuestión tan natural de la política como lo es el ego.
Hacer un destape tan prematuro, aunque después se haya intentado corregir, no hace más que desmotivar a todos aquellos que habrían supuesto su lealtad a Gallardo a cambio de una mayor proyección. Esta situación fácilmente podría ser aprovechada por la oposición, particularmente por Morena. No sería extraño que, además de los perfiles actuales del partido, comenzaran a sumarse a sus filas algunos de los colaboradores denostados por esta administración.
Otro factor importante del inminente debilitamiento político de Gallardo son sus cada vez más frecuentes desatenciones con sectores importantes de la ciudadanía.
En poco menos de un mes, los trabajadores del Poder Judicial del Estado fueron a un paro de labores para exigir al gobernador el pago de prestaciones debidas. Transcurrida una semana, el Cuerpo de Bomberos de la Zona Metropolitana tomó la misma medida por las malas condiciones laborales y el mal trato de las autoridades; finalmente, la semana pasada fueron también los médicos colegiados quienes han mostrado su desacuerdo, pues se impuso como nueva titular de la Secretaría de Salud a una licenciada en Mercadotecnia, cuya última labor pública fue en materia de vivienda.
Estos descuidos, excesos de soberbia e ilusión de omnipotencia, de aquí al 2027 pasarán una factura cada vez más costosa y delicada para el intento de cacicazgo que pretenden para nuestro estado.
JUSTICIA
Hace unos días, la Sala Regional correspondiente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en Toluca, revocó el triunfo obtenido por Rubén Torres García como alcalde del municipio de Charapan, Michoacán, debido a que fingió ser mujer para poder obtener su candidatura.
En San Luis Potosí, José Reyes Martínez Rojas utilizó el mismo mecanismo fraudulento para ser candidato y hoy es alcalde electo de Venado. En ese momento, nuestro Tribunal Electoral Local, en un acto de cobardía e incompetencia absoluta, desechó la única impugnación que había en contra de este proceso.
Seré sincero, desconozco si exista al día de hoy algún otro recurso que pueda llegar a modificar esta decisión, pero lo que sí sé es que, ante casos prácticamente iguales, en una sala se premió el servilismo y en la otra la justicia y la protección de los principios.
¡Es por demás!
Hasta el próximo lunes.
