Por Victoriano Martínez
El conteo de homicidios ocurridos durante el sexenio encabezado por Juan Manuel Carreras López terminó con el reporte oficial del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dado a conocer el viernes pasado con corte al 30 de septiembre: 6 mil 130 si se descuentan los cuatro homicidios ocurridos en los últimos días de ese mes.
Seis mil 130 homicidios que, de haber ocurrido 64 casos más, el sexenio de Carreras López habría duplicado los ocurridos durante todo el periodo gubernamental de Fernando Toranzo Fernández, que al inicio del sexenio carrerista ostentaba la cifra más alta de homicidios de los cuatro últimos gobernadores.
Durante la gestión de Carreras López, la de las reuniones diarias del gabinete de seguridad para adecuar la estrategia de combate ante la dinámica cambiante del crimen organizado, ocurrieron 87.14 homicidios al mes en promedio. Prácticamente un homicidio cada 17 minutos.
Una situación que, con el cambio de gobierno hay una percepción de que no ha cambiado mucho. Cuando menos, en los primeros cinco días de la gestión de Ricardo Gallardo Cardona ocurrieron cuatro homicidios, igual que en los primeros cinco días del inicio del gobierno de Carreras López.
El 20 de noviembre, el SESNSP dará a conocer su corte al 31 de octubre sobre la incidencia delictiva en el Estado y será hasta entonces que se pueda contar con datos comparables sobre la tendencia en materia de violencia extrema en el Estado.
En tanto el SESNSP, el INEGI dio a conocer su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que en su medición sobre la percepción de los habitantes de las principales ciudades del país incluye a la de San Luis Potosí.
Más de tres de cada cuatro habitantes de la ciudad encuestados en septiembre se sienten inseguros (76.8 por ciento). Ese es el índice de temor con el que cerró la administración de Xavier Nava Palacios.
De tener acceso a la promoción que se hacía desde la alcaldía, es seguro que la oficina de comunicación social municipal habría presumido que la administración de Nava Palacios recibió ese índice en casi nueve de cada diez con temor (88.5 por ciento) y que logró reducirlo un 11.7 por ciento, así no pudiera señalar acciones directamente relacionadas con esa disminución.
Sea o no por acciones concretas de alguno de los tres niveles de gobierno, lo cierto es que la encuesta que realiza cada tres meses el INEGI muestra desde hace cuatro trimestres una reducción constante en el porcentaje de personas que se sienten con miedo, que no necesariamente representa una reducción en la incidencia delictiva.
Los sitios en los que los potosinos se sienten más seguros son su casa, su trabajo y su automóvil, en tanto que donde siente mayor inseguridad es en los cajeros automáticos. En diez de los tipos de lugares donde sobre los que se midió la percepción de inseguridad el índice se redujo, en tanto que en los dos restantes aumentó ligeramente.
Un panorama entre la seguridad y la inseguridad en el que, por circunstancias presentes desde hace cuatro trimestres, se ha reducido en un 11.7 por ciento la población que se siente insegura a pesar de que, en el caso del delito de homicidio, su incidencia se duplicó de un sexenio al otro.
Un panorama ante el que inicia un gobierno estatal que ofreció vivir sin miedo que exhibe, de entrada, el temor de su titular con la creación de una guardia personal, y un gobierno municipal con un super policía al frente que, en su paso por la Policía Federal no marcó diferencia en la creciente tendencia de crecimiento de los índices delictivos.
El tiempo comienza a correr para ver si de verdad se reducen los índices delictivos y se mejora la percepción ciudadana de seguridad.