En el barrio de San Juan de Guadalupe, los vecinos nuevamente han alzado la voz para denunciar la creciente actividad delictiva, donde delincuentes utilizan escaleras improvisadas para ingresar a las viviendas y cometer robos. Estos ladrones actúan entre las 2:00 y las 4:00 de la madrugada, subiendo a las azoteas de los inmuebles para luego acceder al interior. El último incidente registrado ocurrió en una vivienda situada entre las calles 5 de Mayo y Riva Palacio, donde se abandonó una de estas escaleras hechizas.
A pesar de que los vecinos han entregado a las autoridades videograbaciones como evidencia de los robos, no se ha notado la presencia de operativos policiales en la zona, lo que ha generado gran inquietud entre los habitantes. Este tipo de robos no es el único problema de inseguridad al que se enfrentan en San Juan de Guadalupe.
Uno de los casos más alarmantes es el de un pirómano que comenzó incendiando bolsas de basura dejadas en la calle, pero luego escaló su actividad incendiaria, llegando a prender fuego en cocheras de viviendas. En un incidente, el fuego se propagó, causando daños considerables. A pesar de que el pirómano ha sido identificado plenamente y se ha entregado suficiente evidencia a las autoridades, no se ha tomado ninguna acción en su contra. El individuo fue visto recientemente acompañado por una joven, lo que ha incrementado la preocupación de los vecinos.
La inseguridad en la zona no termina ahí. Otro incidente que generó pánico en la comunidad fue el de un sujeto que atacaba a mujeres utilizando una jeringa. Uno de estos ataques fue capturado en video, pero, al igual que en los otros casos, no se ha hecho justicia. Además, se reportó a un individuo que se dedicaba a torturar y matar perros callejeros, algunos de los cuales incluso tenían dueño, lo que también ha generado gran consternación entre los habitantes.
A lo largo del tiempo, los constantes asaltos a transeúntes han obligado a los vecinos a organizarse. Aunque no buscan hacer justicia por mano propia, sí han tomado medidas para prevenir algunos delitos. En una ocasión, los residentes se turnaron para vigilar los alrededores del jardín principal del barrio, donde solían asaltar a mujeres que salían tarde de sus trabajos. Esta acción colectiva resultó en una disminución temporal de los incidentes, aunque los problemas de inseguridad persisten en el área.