México debe estar listo para enfrentar una posible oleada de deportaciones masivas, como las que ha propuesto el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, señalaron expertos académicos de la UNAM. Los especialistas subrayan la necesidad de adoptar políticas de integración y empleo para los migrantes deportados y evitar que se conviertan en víctimas de la violencia o el crimen organizado.
Preparación para las deportaciones
Mariana Aparicio Ramírez, del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos, señaló que Trump tiene el apoyo de una parte significativa de la población estadounidense, lo que hace que sus propuestas, como el sellado de la frontera y la detención masiva de migrantes, sean más viables de lo que muchos piensan.
“México debe estar preparado para las detenciones y el retorno en masa de mexicanos y de otros latinos”, advirtió Aparicio, destacando que este escenario podría traer consigo políticas migratorias más restrictivas e incluso una posible catalogación de los cárteles mexicanos como grupos terroristas, lo que complicaría aún más las relaciones fronterizas.
Incorporación al mercado laboral mexicano
Por otro lado, Claudia Maya López, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (Cisan), sugirió que una forma de enfrentar esta situación sería integrar a los deportados al mercado laboral, especialmente en el campo, para cubrir necesidades básicas y evitar que caigan en actividades criminales.
“En este país el principal empleador es el narco”, dijo Maya López, haciendo hincapié en que la creación de políticas de pleno empleo y la inversión en infraestructura son cruciales para mitigar el impacto social de las deportaciones.
Desafíos políticos y sociales
El académico Tomás Milton Muñoz Bravo, del Centro de Relaciones Internacionales (CRI), expresó su preocupación por la política migratoria de los próximos años, ya que Trump podría fortalecer su retórica xenófoba, lo que podría traducirse en un aumento de crímenes de odio y violencia contra las minorías en Estados Unidos.
“La retórica antiinmigrante le funciona al empresario estadounidense, le da votos y le permite solidificar a su base”, destacó Muñoz Bravo.
Los expertos coinciden en que, dado el nivel de interdependencia económica entre ambos países, con más del 80% del comercio de México vinculado con Estados Unidos, la relación bilateral podría volverse aún más compleja y tensa en los próximos años.