Por Lauro Ramos. @lauroramosr
En una entrevista publicada el pasado 7 de enero en el periódico El Exprés, el rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí Alejandro Zermeño, puntualizó sobre la necesidad de blindar a la universidad de intereses políticos externos en este 2024, esto en virtud de defender la autonomía, un servidor no podría estar más de acuerdo.
No obstante, es imposible pensar en una universidad autónoma sin considerar implicaciones políticas que se dan por su naturaleza ya que al ser pública, depende buena parte de su presupuesto en el dinero que le otorguen las autoridades, y aunque si bien este no es pretexto para justificar politiquerías, si es es un riesgo.
El hecho de que el gobierno del estado, bajo su administración actual, haya mostrado reparo para cumplir con sus compromisos con la UASLP (con firma del gobernador de por medio) de entregar el recurso correspondiente, terminando el año pasado incluso con un adeudo de más de 180 millones de pesos, puede deberse a varias cosas: Ignorancia de la ley, lo cual es poco probable ya que tanto el gobernador como sus principales allegados son abogados, o bien, a un esquema de prioridades en el cual la educación nada más no figura.
Ya sea por peras o manzanas, esta situación ha obligado a la UASLP a tener entonces que recurrir a pedir prestado, actuando el gobierno únicamente como intermediario entre la universidad y alguna institución financiera que aporte el capital, este recurso fue solicitado desde octubre del año pasado y ratificado el 5 de enero de este año con la intención de prever los peores escenarios, y aunque el dinero según informa la Secretaría de Finanzas ya fue entregado, el simple hecho de que para poder cubrir su nómina la universidad tenga que estar pendiente de la buena voluntad de los funcionarios es cuando menos triste, ademas, de que la terminan pagando justos por pecadores, pues yo me pregunto: ¿Merece el personal académico la incertidumbre de si le van a poder o no pagar su primer quincena? La verdad no creo.
A toda esta situación de escabro, existiría una solución relativamente sencilla para facilitar la dinámica Universidad-Gobierno, que es el proyecto de autonomía financiera para que sea un porcentaje fijo del presupuesto estatal el que sea destinado a la máxima casa de estudios año con año y no quede más, mismo que ya ha sido promovido incluso en el pleno del congreso potosino por el doctor Zermeño, pero por desgracia este tendrá que quedar pendiente porque a juzgar por la información reciente, una parte significativa del congreso está más preocupada por su reelección o su futuro político que por atender las necesidades del estado.
Toda esta exposición de siniestros no es más que para exponer el enorme desafío que representará el dejar exenta a la universidad del ambiente político que se avecina, pues son tiempos de elecciones y todo puede cambiar, pero con algo optimismo forzado le comunico a mi querido lector: vendrán tiempos mejores.
UN NUEVO SEMESTRE
Otro tema del que me gustaría hablar, con brevedad, pero que no quería dejar en el tintero es meramente dirigido a mis compañeros estudiantes, pues en estos días estaremos regresando a las aulas para afrontar nuestros propios desafíos académicos, a hacer frente a un semestre que para algunos será el último y para otros como yo, apenas parte del comienzo, pero para todos la motivación debe ser la misma, debemos abrazar el privilegio de ser universitarios y actuar con la dignidad que se espera de quienes recibimos esta oportunidad por parte de la sociedad, pues al final cualquiera que sea el intermediario para que la universidad funcione, los medios son de la ciudadanía, y a ellos debemos de entregarnos en nuestra mejor versión, hoy como estudiantes y mañana como profesionistas, mucho ánimo para todos.
Nos leemos.