Desarrollan juego de rol para sentirte triste a propósito

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Depression Quest es un juego de rol, que según su sitio web “no pretende ser divertido o lograr una experiencia alegre”. Su objetivo es simular la miseria de la depresión clínica, lo que probablemente lo califique como el juego más masoquista de todos los tiempos. Pero a diferencia de los clásicos juegos de rol de los que se deriva, Depression Quest evita los dragones asesinos de las mazmorras y los elixires para lograr acciones que incluyen tareas como “Pregúntale qué quiere decir ella con eso” y “No cargues a nadie con tus problemas. Distráete tú mismo”.

El intento de los creadores del juego es proveer una sensación realista de cómo la depresión afecta tu toma de decisiones, sin importar si la has sufrido personalmente o no. Un soundtrack taciturno te hace sentir como si estuvieras acostado en una posición fetal al final de una túnel oscuro, luchando por escuchar las delicadas notas de un pianista al otro extremo a través de un profunda y brumosa niebla. La música fue compuesta por Isaac Schankler, un músico de Los Ángeles cuyas orquestaciones electroacústicas están en la zona de un engranaje ambientado de John Cage tocando con Brian Eno. Me puedo dar cuenta de que la mayoría de la música que me gusta fue probablemente hecha por gente que estuvo o está deprimida. Así que después de jugar por un rato, comencé a preguntarme si la música triste sólo podía ser creada por alguien que está deprimido y, si entonces, ¿hacer música triste te vuelve aún más depresivo? Llamé a Isaac para preguntarle lo que pensaba.

VICE: ¿Cuál crees que es la clave para crear música depresiva? 
Isaac Schankler: Mucho de esto termina siendo sobre las relaciones (malas relaciones porque aquellas son las que siempre deprimen más). La Suite Lírica compuesta por Alban Berg, es una pieza modernista que es atonal, suave, pero es muy desgarradora. El tercer movimiento es extremadamente agitado, simplemente devastador, lento y desolado  y esto fue algo que la gente se preguntó por años: ¿Por qué esto se llama Suite Lírica?

Entonces, ¿se dieron cuenta de qué se trataba?
Encontraron en sus notas que todo trataba sobre una aventura que tuvo con una mujer casada de nombre Hannah Fuchs…  y todo estaba tejido a lo largo de la partitura con sus iniciales: A-B-H-F y ese era el motivo de la pieza. Es una manera intelectual, un poco rara de escribir sobre su trágica situación. Incluso si no lo sabías, aún es desgarrador escucharla. Estuve fascinado por ella por un momento porque tocó todas mis cosas extrañas y personales y las codificó realmente en una forma imprecisa. Escribir sobre la depresión es algo realmente personal, es diferente para cada uno de nosotros y, para hablar de ella, tienes que hacerlo de forma impersonal. [Depression Quest] es así también. Los detalles son inespecíficos y vagos, ya que en las primeras pruebas encontraron que la gente se podía identificar con el carácter cuando éste era así. [Nota: en un punto, el juego te da la opción de tener un gato, pero si tú no lo tienes, todo se va para abajo, lo cual es muy fiel a la vida real].

¿Pudiste jugar Depression Quest antes de componer la música?
Eso fue lo interesante. En cierto modo comparé las decisiones que tomé en el juego con las decisiones que tomé en ciertos momentos de mi vida. El juego hace un buen trabajo que representa [elecciones de la vida real] hasta cierto punto, algunas de las decisones más racionales que, de hecho, no puedes seleccionar y algunas que dependen de tu nivel de depresión. Pensé cuando jugué por primera vez que iba a seleccionar las decisiones racionales, pero a veces, en la vida real, simplemente no eliges adecuadamente.

¿Te deprimiste mientras componías?
Realmente sólo me siento triste cuando tengo dificultades en un proyecto, pero paradójicamente, no tuve tiempo de detenerme mucho con Depression Quest, así que fue fácil para mí. El otro juego en el que estaba trabajando al momento en el que luché más hacía que me sintiera como si no obtuviera las cosas del modo correcto. Ese juego se llama Hate Plus. Es una secuela de otro juego deprimente: Analogue: A Hate Story. Trata sobre un detective espacial que lee los registros de una nave espacial abandonada, pero está mucho más centrada en una chica adolescente que se enferma de un resfriado y  despierta en un futuro donde las cosas han  retrocedido a la época medieval.  El primer juego era tan deprimente y tantas cosas malas le ocurrían a la chica que la creadora dijo que la chica debería estar comiendo pastel  durante todo el siguiente juego. Ella dijo: “no quiero que haga nada más, sólo que coma pastel”.

Fastídiate virtualmente en depressionquest.com. Mientras juegas gratis, nosotros te alentamos a que le pagues a sus creadores si lo encuentras útil. Ellos aceptarán lo que sea que puedas pagar, y una parte de las ganancias se irán a la International Foundation for Research and Education on Depression.

 

http://www.vice.com/es_mx/read/triste-a-proposito

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