Científicos mexicanos identificaron y cuantificaron el nivel de aflatoxinas (cancerígenos) en alimentos como tortillas de maíz, arroz, chile, salsas industrializadas, pechuga y huevo de pollo, y develaron su relación con el desarrollo de cáncer hepático y cervicouterino en humanos.
La investigación ganadora del Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos en la categoría Profesional en Ciencia de Alimentos que organizan de manera conjunta CONACYT y la Industria Mexicana de Coca-Cola, explica que ambos tipos de cáncer pueden ser originados por la ingestión de alimentos contaminados con aflatoxinas, sustancias causadas por los hongos Aspergilus flavus y A. parasiticus.
La doctora Magda Carvajal Moreno del Instituto de Biología de la UNAM y titular de la investigación, explicó que es la primera vez que ambos padecimientos se les relaciona con la presencia de aflatoxinas, los cancerígenos -dijo- más frecuentes que “comemos” a diario.
La investigadora de la UNAM analizó 800 kilos de tortilla en el Distrito Federal de las 16 delegaciones, 10 tipos de chile, arroz y maíz, entre otros.
Así mismo estudió cuánto de esta sustancia se queda en tejidos animales después de haber ingerido este tipo de alimento, y encontró que en pechuga, molleja, hígado y huevo –clara y yema- de pollo están presentes las aflatoxinas.
Carvajal Moreno detalló que dicha molécula se recuperó en tejidos de cáncer de hígado y cervicouterino humano, por lo que demostró que la toxina es un factor de suma importancia para detonar estas enfermedades.
“El estudio es el primero a nivel mundial donde se reporta que el cáncer cervicouterino también puede ser causado por consumir alimentos con aflatoxinas. Este cancerígeno también lo hemos detectado como detonante en cáncer colorrectal, páncreas, de mama, cervicouterino y pulmón”.
La especialista precisó que el Virus del Papiloma es más cancerígeno para detonar en cáncer cervicouterino que las aflatoxinas.
Las toxinas -indicó la doctora- están en el aire, el agua, tierra, son un moho verde olivo que puede encontrarse en los refrigeradores y además son muy resistentes a altas temperaturas.
Todos los días, aseguró Carvajal Moreno, cada persona consume trazas de millonésimas o miligramos de aflatoxinas que con los años se acumulan en el ADN, devienen las enfermedades y bajan las defensas en la gente.
A fin de evitar estas sustancias, la especialista de la UNAM sugiere almacenar de manera adecuada los alimentos, lo que controlaría el crecimiento de la toxina. Además, variar la alimentación y consumir de preferencia tortillas de trigo y pescado, así como antioxidantes.
La investigación que la doctora Carvajal Moreno hizo en colaboración con el doctor Jaime Berumen Campos de la Unidad de Medicina Genómica del Hospital General de México, ahora se enfocará a estudiar el cáncer de estómago, esófago y próstata para ver su asociación con aflatoxinas.
http://www.vanguardia.com.mx/descubrentoxinasenalimentosquepuedencausarcancercervicalyhepatico-1729930.html