Desde la Mano Izquierda: Paren, los hombres están cansados

Hace un par de semanas la senadora mexicana Lily Téllez dio un discurso desde los Estados Unidos invitada de la US – Mexico Policy Summit, organizado por Heritage Foundation y America First Policy Institute, en el ejercicio de su libertad de expresión y como personaje político de la oposición desde el Partido Acción Nacional, realizó diversos señalamientos contra el partido hegemónico de Morena y varios de sus militantes, además abordó vinculaciones con el crimen organizado y agradeció las decisiones de ese país que han sido noticia desde la llegada de su actual presidente. 

No ahondaré en torno al eje central de su discurso, más allá de esta descripción en la cual es de reconocer el riesgo que implica para ella, como mujer política, ser de los contados ejemplos que se han manifestado abiertamente en contra de varias decisiones a toda vista arbitrarias.

Ahora bien, llama la atención entre lo dicho, dar cuenta de los 10 feminicidios que suceden en México a diario contabilizados desde 2018 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, al mismo tiempo en que al final de esa relatoría señaló: 

“El resurgimiento de la derecha está teniendo lugar entre las nuevas generaciones… en esos jóvenes católicos que están hartos de profesar su fe en silencio. En los hombres que están cansados de ser humillados por el feminismo radical. En las familias que están preocupadas por el adoctrinamiento de sus hijos, nosotros los mexicanos somos en nuestra esencia personas de valores familiares, fe cristiana y espíritu meritocrático”. 

Con todo y la posición de derecha claramente representada, es incomprensible la inclusión del feminismo radical” no como la teoría política que es, ni como la agenda que al parecer se desconoce en absoluto, o como el activismo que durante el sexenio de López Obrador ha sido parte de una oposición ciudadana que exige cuentas en torno al estado de la violencia contra las mujeres y la desigualdad ahora invisibilizada a la fuerza detrás del arguende de que “llegamos todas”.

Nada de eso, el problema es que humillamos a los hombres y ellos están cansados

Y sin embargo ha sido el feminismo en la ola sufragista que recorrió el mundo a finales del siglo XIX quien obtuvo nación por nación el derecho al voto para las mujeres, sus formas de manifestación no se caracterizaron desde luego por ser pacíficas y muchas fueron torturadas, encarceladas y perdieron la vida en manos de hombres cansados de que exigieran la ciudadanía.

Todas las mujeres políticas que además participan en mismo porcentaje que los varones debido a la paridad sexual, les deben a aquellas pioneras poder participar en la vida pública, de derecha muy derecha estarían en casa alimentando maridos y sucedería lo que recién vimos en Estados Unidos: organizaciones extremistas que no proponen mujeres porque “ese no es su lugar”. 

En torno al “adoctrinamiento de menores” que claramente alude a la ola generista de la izquierda que en lugares como España desaparece la categoría del sexo y se superpone a la voluntad de los padres afirmando la existencia de niños trans, promoviendo la hormonación, las cirugías que mutilan cuerpos de adolescentes perfectamente sanos causando severas afectaciones que se verán en el futuro, es que esa nunca ha sido una causa feminista. 

Ninguna mujer feminista estaría a favor de desaparecer jurídicamente de la legislación, de permitir la entrada de varones en espacios privados, de agredir la indemnidad de las y los niños por estereotipos de género, de producir en el Derecho a otras, igualmente mujeres de segunda clase “personas gestantes, personas menstruantes” destinadas a ser víctimas de una industria de explotación reproductiva, ni a creer en dogmas pseudoreligiosos que han atacado al movimiento por proteger nuestros derechos humanos. 

Finalmente, y de no ser por el feminismo, no podría contarse el número de mujeres que en México son asesinadas, basta irse a la incidencia delictiva nacional para indagar que la segregación por sexo de los delitos no estaba en metodologías anteriores y ahora sigue siendo incipiente. 

Sin embargo, gracias a ello podemos afirmar que esas 10 víctimas de feminicidio podrían ser más y estar maquilladas en homicidios dolosos y culposos, o que esos “valores familiares” no necesariamente evitan que de enero de 2015 a septiembre de 2025 se cuenten 248,466 carpetas de investigación iniciadas en el país y de 2018 a la fecha 4,855,192 llamadas al 911, cifras por violencia familiar en dónde las víctimas son mujeres, niños y niñas. 

Hay quien afirma que hablar de derecha e izquierda está rebasado, pero el vuelco que está teniendo la región aclamando a líderes de otro extremo también populistas no tiene nada que ver con nuestras causas. 

Precisamente el feminismo siendo apartidista y ateo, dedicado a construir nuevos pensamientos que replanteen la posición que ocupan las mujeres en el mundo sabemos de la usura que se hace de las más graves situaciones que vivimos por el hecho de ser mujeres por todos los partidos políticos, si finalmente unos y otros se dan la mano en el burdel ellos son parte del problema y nosotras también estamos cansadas. 

Claudia Espinosa Almaguer

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