Policías y perspectiva de género
Hace algún tiempo me tocó impartir formación en perspectiva de género a distintos cuerpos de seguridad, se trataba de introducir un marco de conocimientos básicos para el primer respondiente respecto a su actuación en casos de violencia contra las mujeres, por ejemplo, en los llamados al 911. En ese recorrido de capacitar agentes de policía municipal y estatal, guardia nacional y militares, hay una clara voluntad de aprender, pero también una dificultad para integrar este enfoque como el principio indispensable que es, a raíz de las distintas sentencias e instrumentos de derechos humanos que así lo mandatan.
En uno de estos momentos, discutíamos a fin de visibilizar los prejuicios y estereotipos de género cuando un militar muy diligente me señaló: maestra, sabemos que su trabajo es enseñarnos todo esto y lo que es el machismo, pero nosotros no estamos hechos para este tipo de asuntos.
Eso resume efectivamente una circunstancia que en su oportunidad develó con mucha mayor claridad la Dra. Estefanía Vela en su participación dentro de la “Segunda Jornada formativa y de reflexión Aportes desde la Academia y la Sociedad Civil para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres” que hubo en San Luis Potosí en el mes de febrero.
Al responder a la pregunta de si consideraba que la actitud belicista era un sinónimo del machismo en el contexto de las instituciones de seguridad, relató entonces que cuando se abrió la puerta a que las fuerzas armadas interviniesen en labores de seguridad pública, esto se hizo con condiciones, entre ellas el deber de invertir en instituciones policiales civiles, por lo tanto, era indispensable insistir en esa exigencia desde la ciudadanía, dado que en aras de la crítica contra las policías, se priorizaba el uso del ejército generando con ello un círculo vicioso.
Pero, además, abordó allí la existencia de una larga tradición feminista en torno al análisis del militarismo y las fuerzas de seguridad pública como manifestaciones de la encarnación del patriarcado, al establecer que se trata de las instituciones con mayor disparidad en términos de género, ademas de contar con una imagen basada en la amenaza y la fuerza bruta.
Por lo que invitó a reflexionar acerca de los modelos de seguridad y la viabilidad en un Estado de Derecho, de implantar a militares y marinos para tareas de seguridad pública o pretender la formación militarizada de las policías.
En el contexto de la violencia contra las mujeres, no es algo sencillo de elaborar, justamente debido a la perspectiva de género, indispensable para la valoración de riesgo y la aplicación y ejecución de medidas idóneas y adecuadas a cada caso, como fenómeno criminal esto ya era muy preocupante desde hace varios años, pero se agravó debido a la pandemia.
Aunque varios estudios acerca de la impunidad indican que apenas 1 de cada 10 delitos es denunciado, para darse una idea de la dimensión que tienen esos actos de violencia en San Luis Potosí, volvemos a la Información sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en donde se expone la incidencia delictiva y las llamadas de emergencia.
Hasta el 31 de agosto de 2021 se han iniciado 672 carpetas de investigación por el delito de feminicidio en el país, de las cuales 17 corresponden a la entidad y 6 al municipio de la capital.
Así mismo hay 49 casos por homicidio doloso contra víctimas mujeres, 1207 por lesiones dolosas, 6285 por violencia familiar, 442 violaciones además de 2353 llamadas al 911 por incidentes de violencia contra la mujer, 115 por abuso sexual, 118 por acoso u hostigamiento, 59 por incidentes de violencia sexual, 2139 por violencia de pareja y 10,536 por violencia familiar.
Luego entonces tiene otra vez vigencia esta pregunta: Si se quiere resolver los actos de violencia que afectan a las mujeres y que son constitutivos de delito ¿Qué tipo de policías, de instituciones, de políticas son apropiadas?
A más ver
Presentación Informe “Las dos guerras”
Claudia Espinosa Almaguer