Una madre vivió momentos de angustia tras no saber nada de su hija ni de su hijo menor durante casi dos días. Ambos habían salido rumbo a un concierto y no regresaron, lo que llevó a la mujer a presentar una denuncia de desaparición ante las autoridades de Playa del Carmen.
La señora, identificada como doña Viridiana, rompió en llanto y desesperación al descubrir que su hija no estaba desaparecida ni secuestrada, sino que se encontraba en casa del novio, sana y por voluntad propia. A pesar del alivio, la situación desató una fuerte discusión entre madre e hija.
En un video que circula en redes sociales, se puede observar a la madre al llegar a casa del novio. Ella pierde el control al ver que su hija no muestra arrepentimiento ni reacciona al verla. En medio del enojo y el dolor, la mujer comenzó a gritarle y a exigirle explicaciones.
“¿Quieres marido? ¡Yo te lo busco, yo te caso!”, le gritó doña Viridiana a su hija, notablemente dolida. También le recordó que no era la primera vez que se ausentaba sin avisar. “Es la tercera vez”, le reclamó con voz quebrada. “¡No me hagas esto! ¡No se vale!”
De fondo se escucha a otra persona que intenta calmar la situación, mientras la madre continúa alterada. “Tú cállate, porque te rajo tu pu… mad…”, le responde a quien intenta intervenir. Entre insultos, gritos y llanto, el momento se vuelve aún más tenso.
Según narró doña Viridiana, su hija le pidió permiso para ir al concierto del reguetonero El Malilla, a cambio de hacerse responsable de cuidar a su hermanito. La madre aceptó, sin imaginar que luego pasarían más de 40 horas sin saber de ambos niños.
Cuando las autoridades localizaron a los menores, confirmaron que estaban bien y que no habían sido víctimas de ningún delito. Sin embargo, el dolor de la madre al enterarse de la verdad fue tal que terminó desmayándose en la escena. En el video se escucha cómo intentan ayudarla: “¡Cuidado! ¡Cuidado! Se acaba de desvanecer”.
El padre también estuvo presente, pero su reacción fue muy distinta. Antes de irse, se limitó a decirle a su hija: “Dios te bendiga”.
