El Papa Francisco advirtió hoy que desperdiciar comida es tanto como robarla a los pobres y arremetió contra la “cultura del descarte”, que lleva a habituarse al despilfarro de alimentos mientras miles de personas mueren de hambre.
El pontífice hizo esta reflexión durante su audiencia pública semanal, que presidió ante más de 90 mil personas en la Plaza de San Pedro.
Recordó la jornada del ambiente promovida por las Naciones Unidas, dedicada a la necesidad de eliminar los desperdicios y la destrucción de alimentos.
“Esta cultura del descarte nos ha hecho insensibles también a los desperdicios y a los descartes alimenticios, que son aún más despreciables cuando en muchas partes del mundo, por desgracia, muchas familias sufren el hambre y la malnutrición”, advirtió.
“En el pasado nuestros abuelos estaban muy atentos a no tirar nada del alimento que sobraba. El consumismo nos ha inducido a habituarnos a lo superfluo y al despilfarro cotidiano de la comida, a la cual no podemos ya dar el justo valor, que va mucho más allá de los meros parámetros económicos”, agregó.
Por eso invitó a todos a reflexionar sobre el problema de la pérdida y del desperdicio de alimento para identificar los modos en que, afrontando seriamente la problemática, se promueva la solidaridad con los más necesitados.
La reflexión del Papa partió del llamado de Dios a todos los seres humanos a cultivar y custodiar la creación, que se manifiesta en el tratar al mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín y un lugar habitable para todos.
Constató que los hombres -a menudo guiados por la soberbia del dominar, del poseer, del manipular, del explotar-, no custodian la naturaleza, no la respetan, no la consideran como un don gratuito al cual cuidar.
Según el obispo de Roma, en estos momentos de crisis la persona humana está en peligro, y por más que la Iglesia lo diga el sistema continúa como antes: dominado por las dinámicas de una economía y de una finanza carentes de ética.
“Lo que manda hoy no es el hombre, es el dinero. Y Dios nuestro padre nos ha dado la tarea de custodiar la tierra y no el dinero, a nosotros, a los hombres y a las mujeres. ¡Nosotros tenemos esta tarea!”, insistió.
“Al contrario, hombres y mujeres son sacrificados a los ídolos del beneficio y del consumo, es la cultura del descarte. Si se rompe una computadora es una tragedia, pero la pobreza, los necesitados, los dramas de tantas personas terminan por entrar en la normalidad”, apuntó.
Denunció que por esta cultura, una mentalidad común y que contagia a todos, las personas son descartadas como si fuesen basura.
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