Don Toño Esper se despidió para siempre de los capitalinos. Una misa de cuerpo presente convocó a familiares y amigos que compartieron una parte de su partida con personas cercanas, antes de su traslado a Ciudad Valles.
Ex gobernadores, empresarios, personajes de la vida política y amigos que sembró a lo largo de su vida, se reunieron para recordar a un hombre generoso, humilde y siempre ambicioso con los proyectos en los que intervino para servir a otros.
El sacerdote que encabezó la misa, Padre Chava, dijo que a don Antonio le gustaría que lo recordaran con alegría, celebrar la vida más allá de todo lo que hizo y más allá de todo, de todos aquellos a los que ayudó. “Lo importante es la oportunidad de poder contar esa vida, y celebrar esa vida”.
Dijo que a Don Toño Esper lo tenemos que guardar en el corazón y más que guardar, yo diría que tenerlo presente”. Explicó que es una persona que va marcando y dejando huella haciendo el bien, hablando de que el amor no es injusto, y cuando alguien quiere hacer algo de corazón, la justicia lo mueve para hacerlo.
“Él ofreció su vida por nosotros… Cada quien hace su propio camino de fe, y mostró su fe a través de obras concretas”.
Describió a don Toño por su disfrute con el encuentro entre amigos en una buena comida, siempre interesado en las necesidades de los demás, y “es algo que nos enseña que las palabras pueden mover, pero el ejemplo de don Antonio nos mueve a ser mejores, y es ahí donde la vida tiene sentido”.
Pidió dar gracias por su vida y que también se tenga misericordia de él. “Todos podemos tener defectos y equivocarnos, pero siempre hay aciertos, y el de Don Toño es duradero”.
También solicitó recordar a Don Toño atesorando sus acciones, tomando lo positivo de él, y construir con él y su ejemplo, y movilizarnos ante la injusticia.
“A don Antonio le tocaba su corazón ayudar a la gente, revisar que las cosas estuvieran bien, y ver que las cosas que dejó estuvieran bien, y eso es un amor, como el amor que todo lo soporta”.
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