El puente de la Avenida Universidad se enfrenta a un preocupante deterioro progresivo debido a la ausencia de mantenimiento, mientras el proyecto de ampliación sigue sin concretarse.
El deterioro es evidente: faltan algunos barandales de contención y las áreas peatonales están sufriendo las consecuencias. Uno de los barandales derribados en algún accidente nunca ha sido repuesto, dejando expuestos a los transeúntes a potenciales riesgos.
El último arreglo al puente ocurrió durante la gestión de Horacio Sánchez Unzueta, cuando se reparó la calle lateral que conecta hasta el costado poniente de la antigua estación del ferrocarril. Sin embargo, desde entonces, la infraestructura ha seguido deteriorándose.
En la parte superior del puente, cerca de una junta de dilatación en el centro de la cresta, se ha formado un bache que afecta a los vehículos y causa vibraciones en toda la estructura. Además, la circulación de vehículos en las escaleras contribuye a esta vibración y da la sensación de que los escalones de concreto están sueltos.
La falta de atención a estos problemas podría resultar en riesgos para la seguridad vial y peatonal. Por lo tanto, es urgente que las autoridades tomen medidas para abordar el mantenimiento y la reparación necesarios del puente de la Avenida Universidad antes de que la situación empeore y se produzcan accidentes graves.