En Hermosillo, Sonora, las autoridades detuvieron a un individuo acusado de profanar dos tumbas en un panteón municipal. El incidente fue reportado por personas que estaban en el lugar y observaron al sujeto manipulando restos óseos.
Los testigos alertaron a las autoridades mediante el número de emergencia, informando que un hombre de 29 años, identificado como Ramiro Enrique “N”, había arrojado dos cráneos humanos y continuó su camino hacia el poniente de la ciudad.
Al llegar al lugar, los policías confirmaron que una tumba estaba dañada y otro ataúd había sido forzado. Ramiro Enrique fue detenido y se le imputaron cargos por robo, daños y exhumación de cadáveres. Posteriormente, fue presentado ante el Ministerio Público.
Según el artículo 281 del Código Penal Federal, la exhumación de cadáveres es un acto ilegal y se considera delito. Las penas por violar tumbas, profanar cadáveres o restos humanos, y cometer actos de necrofilia varían de uno a ocho años de prisión. En particular, la necrofilia conlleva una pena de cuatro a ocho años si implica la realización del coito.
Las sanciones específicas incluyen:
- De uno a cinco años de prisión por violar un túmulo, sepulcro, sepultura o féretro.
- De uno a cinco años de prisión por profanar un cadáver o restos humanos con actos de vilipendio, mutilación o brutalidad.
- De cuatro a ocho años de prisión por actos de necrofilia que involucren la realización del coito.
El caso sigue bajo investigación y Ramiro Enrique “N” enfrenta cargos serios por sus actos en el panteón municipal.