Tras aparentemente contar con uno de los contratos más favorecedores del rock nacional, la banda hace una apuesta por la independencia y se aleja de las grandes transnacionales de la música.
A Mick Jagger en los años 70 le preguntaron sobre cuánto le auguraba a su banda, The Rolling Stones: “Un año y medio quizá”, fue la desenfadada respuesta del músico; así que cuando se le hace la misma pregunta a Molotov, Micky Huidobro, Paco Ayala, Randy Ebright y Tito Fuentes coincidieron en: “Dos años, seis meses, tres días”.
“¿Quién sabe?, depende de la energía de la banda. Ahorita, después de 17 años o más de carrera, seguimos dejando toda la vida en el escenario. Aunque la misma tendencia a veces no te pone en el mejor momento”, expresó en entrevista Paco Ayala, bajista de la agrupación.
Cuando Molotov firmó con Universal, una de las disqueras transnacionales más importantes en la década de los 90, la sensación en la escena nacional rockera era que los músicos se habían ganado la lotería.
Con un contrato a largo plazo y un plan importante de mercadeo, su carrera musical parecía asegurada, pero a varios años de distancia y mientras se cumple el ciclo de un contrato con el que los temas nuevos no han tenido cabida en el estudio, la banda habla de que se encaminan hacia su origen: la independencia.
“Justamente estamos esperando eso, la etapa de la independencia. Ya los cuatro seguimos componiendo. Estamos con la expectativa de sacar un álbum, un EP, este año 2013, y de seguir tocando los temas nuevos en los conciertos”, expresó Randy Ebright, baterista.
Con giras por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa y un regreso a la Ciudad de México, el escenario ha sido el lugar para que las creaciones “Santo Niño de Atocha”, “Crazy chola loca” o “Goner” sean parte de los coros y de la euforia que generan en sus presentaciones, a las cuales a pesar de los años no toman a la ligera.
“Todos los conciertos tienen un significado, desde el hecho de que hay alguien esperando frente al escenario. Nos han interesado siempre muchos los espacios que no están hechos para el Rock and Roll”, dijo Paco Ayala, sobre su presentación en una noche sorpresa al sur de la ciudad, en la que el público no sabía quién era el grupo invitado y obtuvieron positiva respuesta.
Sobre las nuevas generaciones que se han acercado al grupo y que descubrieron “Too Late, Motherfuckers”, Tito Fuentes bromea y dice: “No, está chido su coto. Nos damos cuenta de que cada vez se acercan más chavitos a nuestra música. Los veo en el súper y me dicen: ‘Tú eres el de ‘Chinga tu madre’. Hace un rato, fui a la fiesta de uno de mis sobrinos, donde había unos niños como de cuatro años que me reconocían. Es chido y se agradece que les guste como a nosotros nos gustó”, añadió el guitarrista.
Sobre el hueco musical que dejaron y que se sugiere en el documental Gimme the Power de Olallo Rubio, y en el que participaron personalidades como Javier Solórzano, Fernanda Tapia y Juan Villoro, la banda que ha incursionado en la producción de otros grupos, señala que celebran cuando hay algo novedoso, pues ellos también están en la búsqueda de nuevas cosas.
“Siempre quieres que llegue algo fresco, como lo fueron The Ramones, The Clash…”, dijo Tito Fuentes, a lo que Paco Ayala añadió: “Es importante ver que hay una necesidad de expresarse (de los jóvenes) como si fuera una fiesta y un hobbie, y ver la evolución de las bandas de dedicarse y cuidar mucho más ya en el estudio”.
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