Difícil que el PRI gane SLP en 2021: Roy Campos

Debe tratar de recuperar ciudades relevantes del país; complicado que en 2024 esté fuerte para competir por Presidencia.

De cara a las elecciones de 2021 el PRI debe apostar por recuperar paulatinamente algunos espacios de poder, como buscar alcaldías de ciudades importantes; también es viable que teja alianzas con Morena y, en el plano de la mercadotecnia, tiene que considerar el cambio de nombre, de otra forma, será difícil que sobreviva. En el caso de SLP, será complicado que conserve la gubernatura.

Así lo señaló Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky. Tras el proceso interno del Revolucionario Institucional celebrado el pasado 11 de agosto, donde el ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, resultó electo como nuevo dirigente nacional, el experto en encuestas y procesos políticos hizo un diagnóstico devastador para el otrora partido hegemónico de México.

“Ha tocado fondo y necesita encontrar la forma de levantarse, está en una crisis total. Lo peor es que se encuentra dividido, en este proceso que recién tuvieron se pelearon, se amenazaron y se dieron con todo”.

La reciente contienda interna estuvo marcada por las viejas prácticas priistas. Alejandro Moreno también conocido como “Alito”, ganó con el respaldo de toda la estructura cupular del partido.

“No hubo sorpresas, esta elección me recordó la interna de 1999 de Labastida contra Madrazo, todo el poder, todos los gobernadores, los sectores; desde entonces no se veía algo así. Toda la estructura del PRI estaba con Alejandro Moreno. Ganó en todas las entidades, incluyendo el estado natal de su competidora.

Fue un ejercicio al viejo estilo priista, la gente llegaba a votar en grupos,hubo movilizaciones masivas”, explicó.

¿DE LA “CHIQUILLADA” ?

El PRI no elegía a su dirigencia por votación abierta a su militancia desde 2008, cuando Beatriz Paredes fue electa tras una elección que disputó con Enrique Jackson.

“La diferencia con ese y otros procesos anteriores –señaló Roy Campos- es que el PRI seguía conservando fuerza. En 2002, cuando Madrazo gana la dirigencia, al siguiente año el partido volvió a ser primera fuerza nacional; en 2008 fue electa Beatriz Paredes y para 2009 arrasaron en elecciones locales. En esas épocas el PRI jugaba porque era un oponente real e iba por espacios de poder, pero hoy tiene que definir lo que está buscando”.

El experto en análisis político indicó que aunque Alejandro Moreno sueñe con llevar el PRI al primer lugar en 2021 no podrá hacerlo, pues recibe el partido en una situación muy distinta a la que tuvieron en sus manos los dirigentes anteriores.

“El PRI está hoy en crisis de nombre, muchos de sus miembros perseguidos, acusados de corrupción, el rechazo hacia el partido es impresionante. Lo que debe hacer es apostar por conservar algo del poder qua ya tienen, tratar de ir por un nuevo target, reclutar gente distinta y construir una nueva narrativa”.

Roy Campos señaló que no ve al PRI como un “partido palero” de Morena, pero tampoco como un constante opositor, “buscará la gradualidad, cuando le convenga apoyará a López Obrador, pero cuando deba ser opositor lo será”.

“El ADN priista –continuó- es moverse según la conveniencia, y está acostumbrado a jugar cerca del poder, no a ser oposición. No creo que vaya a ser un satélite que opere exclusivamente para Morena. Sí lo veo tejiendo algunas alianzas con el hoy partido mayoritario en algunos estados, pero cuando deba hacerlo también va a cambiar su juego”.

A diferencia de lo que ocurrió durante muchos años hoy México carece de un sistema de partidos de varias fuerzas políticas con peso significativo a nivel nacional. Actualmente hay un solo partido grande (Morena), tres medianos (Movimiento Ciudadano, PAN y PRI) y los pequeños.

“Anteriormente había tres partidos grandes, hoy sólo uno, y de los medianos, el PRI es el que tiene mayor riesgo de volverse chiquito. El reto es no salirse de estos márgenes para no perder su registro en 2021.

En dos años además de las diputaciones federales se jugarán todas las alcaldías del país, salvo en dos estados, yo creo que el PRI tendría que ir a buscar capitales, ciudades, centros urbanos importantes para gobernar población, porque de los once estados que actualmente gobierna, habrá elecciones en ocho, y podría perder seis, siete o todos”.

GOBERNADORES SIN INFLUENCIA

A diferencia de lo que ocurría en el pasado, cuando los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional tenían un peso importante en los procesos electorales, para 2021 serán irrelevantes, “y no por ellos, sino por el partido”.

“Esto incluye a San Luis Potosí, el descrédito del PRI es tal que será muy difícil que los mandatarios puedan operar con éxito electoralmente en sus entidades. Sólo quizá en Sinaloa cuyo gobernador suele salir bien evaluado, podría haber algo de pelea, pero el resto será muy difícil que los mantenga”.

Tampoco es viable un escenario en el que el partido tricolor recupere fuerza para 2024. Le tomará mucho más tiempo recobrar posiciones electorales importantes y, sobre todo, la confianza de los ciudadanos.

“En las próximas elecciones presidenciales habrá una polarización, seguramente la contienda será entre dos. De un lado estará Morena y de otro no sabemos, pero solo veo dos posibilidades: o surge alguien de Movimiento Ciudadano o del PAN. No veo al PRI pues su marca está muy deteriorada”, agregó Roy Campos.

CAMBIO DE NOMBRE

En el terreno del marketing político la marca del PRI está desgastada y desprestigiada, por eso no es descartable la idea de cambiar de nombre o hasta de imagen.

“Desde que perdió en 2018 era evidente que como PRI ya no servía, si se mantiene con esa etiqueta será difícil que lo veamos peleando en 2024 y 2030. Yo le quitaría esa marca, cambiaría el nombre, modificaría el logo pero conservaría los colores”.

Aclaró que aunque la ley actual impide que los partidos políticos utilicen los colores de la bandera nacional, el PRI pudo mantenerlos pues su logo data de épocas en las que no existía tal legislación, “quizá tener esos colores le ayude en algo”.

Indicó que en 2012 tras dos sexenios de gobiernos panistas el PRI pudo regresar a la presidencia por el fenómeno electoral que encabezó Enrique Peña Nieto, pero también, por la fuerza que tenía en los estados. Hoy ya no cuenta con eso.

“Otra estrategia –abundó- es volver a su base, no me refiero a priistas, sino ir a su origen: a las universidades, a las colonias, a los sindicatos, a las fábricas, recordar cómo nació, a través de movimientos populares.

Tendría que encabezar nuevamente a sectores de campesinos, obreros, estudiantes, porque esa es su base”.

El Exprés



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