Pasar horas sentado frente a una computadora no parece tan riesgoso como ser bombero o trabajar en una mina, pero también puede traer problemas serios para la salud. Aunque no parezca una actividad peligrosa, con el tiempo puede afectar el cuerpo y la mente.
Muchos oficinistas, conocidos en México como “Godínez”, enfrentan dolores musculares, enfermedades del corazón, problemas emocionales y hasta infecciones, todo por la forma en la que trabajan.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 4.8 millones de personas en México trabajan en servicios profesionales, financieros y corporativos. En estos ambientes es común ver jornadas largas, poca actividad física y mucho estrés.
Una revisión hecha en 2024 por la revista Heliyon encontró que entre el 33.8% y el 95.3% de los empleados que usan mucho la computadora o hacen tareas repetitivas en posiciones incómodas desarrollan trastornos musculoesqueléticos.
Estos trastornos afectan músculos, huesos, tendones, ligamentos, articulaciones y nervios. Pueden ser causados o empeorados por la forma en que se trabaja o por el entorno laboral.
Algunos de los problemas más comunes entre los “Godínez” son el dolor de espalda, cuello y hombros, así como la sinovitis (inflamación en las articulaciones) y la tenosinovitis (inflamación alrededor de los tendones).
La lumbalgia, por ejemplo, se caracteriza por un dolor en la parte baja de la espalda. En 2020, afectó a 619 millones de personas en el mundo, y la OMS estima que esa cifra subirá a 843 millones en 2050.
El síndrome del túnel carpiano también es común entre los oficinistas. Sucede cuando el nervio mediano que pasa por la muñeca se presiona, provocando hormigueo, entumecimiento y debilidad en los dedos. Si no se trata, puede causar daños permanentes.
Dolores en el cuello que se extienden a los brazos pueden deberse a una raíz nerviosa comprimida. Según el Manual MSD, eso afecta la fuerza, sensibilidad y reflejos de la zona afectada.
A pesar de que los accidentes laborales se han reducido un 25% en la última década, las enfermedades provocadas por el trabajo matan a 2.4 millones de personas al año, según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA).
Tener una rutina sedentaria, comer mal, dormir poco y vivir bajo presión aumenta el riesgo de padecer enfermedades del corazón, presión alta, colesterol elevado, diabetes tipo 2 y otros problemas graves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo señalaron que, en 2016, las jornadas laborales extensas causaron 745 mil muertes por accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas. Desde el año 2000, esta cifra creció un 29%.
Otros factores que elevan estos riesgos son el trabajo de noche, el exceso de carga laboral, la inseguridad en el empleo, la falta de balance entre trabajo y vida familiar, el escaso apoyo en el trabajo y la ausencia de seguro médico.
En cuanto a la salud mental, la OMS estima que en 2019 el 15% de los adultos en edad laboral ya tenía algún trastorno mental. En México, el estrés laboral es un gran problema, y antes de la pandemia, el IMSS reportaba que el 75% de los trabajadores lo padecían, superando a países como China y Estados Unidos.
Las causas incluyen horarios exigentes, ambientes laborales pesados y pocas oportunidades de crecimiento. Esto puede generar ansiedad, depresión y fatiga crónica.
Las oficinas también pueden ser lugares donde se propagan enfermedades infecciosas. Virus como el de la gripe o el Covid-19 se quedan en escritorios, teclados, teléfonos y otras superficies que se usan a diario.
Una investigación hecha entre 2016 y 2017 en edificios de oficinas de Estados Unidos encontró rastros de virus respiratorios (HPIV1 y HPIV3) y gastrointestinales (NoV GI y NoV GII) en 130 superficies. El estudio mostró que no sólo en hospitales o laboratorios se presentan estos contagios, sino también en oficinas comunes.
Además, otra investigación que analizó datos de 2006 a 2015 reveló que también muchos empleados públicos sufrieron enfermedades infecciosas, junto con trabajadores de la salud y veterinarios.
Aunque muchas costumbres laborales cambiaron con la pandemia, hay hábitos que siguen afectando a quienes trabajan desde casa, como estar sentado por horas, mantener posturas incómodas o vivir bajo estrés.
Para prevenir estos males, es recomendable mejorar el espacio de trabajo con sillas ergonómicas, hacer pausas activas para caminar o estirarse, y cuidar la postura.
También se aconseja reducir el tiempo frente a la computadora y tomarse descansos frecuentes. Con esto, se pueden disminuir los problemas físicos relacionados con el trabajo.
La vida de los “Godínez” puede no parecer riesgosa, pero el cuerpo y la mente sí sufren si no se cuidan. Es importante hacer cambios en los hábitos laborales para evitar enfermedades que pueden afectar la calidad de vida a largo plazo.