DONDE HUBO FUEGO, NEGOCIOS QUEDAN.

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

El Radar.

Por Jesús Aguilar

El geógrafo argentino Joaquín Deón, becario de CONICET-UNC e integrante de la Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de Sierras Chicas en el cono sur, levanta sendas alertas sobre la perversa intencionalidad de incendios forestales en zonas clave del continente. A través de un puntilloso informe destaca que en estos incendios un 95% son causados intencionalmente, pues detrás del fuego está el agronegocio, la minería a cielo abierto, los desarrollos del sector inmobiliario y los deportes de élite como el golf, las carreras de enduro y motocross. Los alentadores de llamas buscan el cambio de uso del suelo una vez que las llamas arrasan con el bosque nativo como sucede en San Luis con el área natural protegida de la Sierra de San Miguelito actualmente. 

En el informe del Dr. Deón también se señala que el control y seguimiento por parte de las autoridades políticas es escaso y deficiente, y reclama una activa participación ciudadana y como en nuestro caso de los medios de comunicación.

Aquí, un grupo muy poderoso de los barones de la simulación y el dinero del Valle del Tangamanga están detrás del famoso proyecto Cañadas que justamente atraviesa esta parte hoy humeante de la geografía potosina.

La depredación de estos espacios tiene una doble ambiciosa ventaja sobre sus vulnerabilidades, la primera es que es la “continuación” de sus espacios “ganados” o arrebatados en un perímetro de costos cada vez más descabellados dentro de la mancha urbana, convirtiéndose en la prolongación natural del poniente dorado de la ciudad. La segunda es que sigue siendo mucho más rentable usar cuanta artimaña se les ocurra a estos o a sus despiadados y ventajosos abogados para amenazar, intentar comprar, persuadir, engañar o fastidiar alevosamente a los ejidatarios que integran la zona del perímetro en pugna.

La gran vulnerabilidad es su predecible modus operandi, el desgaste de sus argumentos vacíos y un largo historial de abusos que hoy le cobran factura a toda la comunidad. 

El ejemplo más devastador es la crisis acentuada por la falta de agua de lluvia, los problemas en las presas y la falta de pago a Interapas que ha causado que el organismo esté en quiebra y con muchos problemas internos de infraestructura que resolver. Tan solo en la capital y la zona metropolitana más del 60% del agua se pierde por fugas por ejemplo.

Pero la poca agua de lluvia que recibimos se ha ido perdiendo también en las alcantarillas por el desaseado manejo de muchas administraciones municipales que cedieron a presiones o convenientes cañonazos de millones para modificar usos de suelo y aprobar los fraccionamientos que hoy viven el pavor de tener un incendio de proporciones descomunales práctivamente en su patio trasero, la poca precipitación pluvial que recibe el valle se pierde, no se recargan los mantos freáticos y hoy los pozos (de los que también muchos se apoderaron) se están secando de manera inclemente.

En las últimas horas se sumaron a los 40 brigadistas combatientes del fuego otros más de 200 voluntarios, se piden apoyos ciudadanos para poder incrementar los víveres que les permitan enfrentar las duras horas con las que lidian en su búsqueda de amansar las llamas, el viento es un cruel aliado de la devastación, las autoridades rebasadas y sin otro mundo más que el de las matracas electorales prefirieron invertir millones en circo para el pueblo en Soledad y la capital antes que prever esta nueva tragedia, nos esperan tiempos cruentos, llenos de candidatos insulsos, casi todos sin empaque, ni propuestas, sin huevos para combatir abusos y necesitados además de seguir estirando la mano a los que normalmente por las dádivas de cada trienio siguen devastando todo en su cruel inmoralidad.

Finalmente qué les importa, si donde hubo fuego, negocios quedan.

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