Por Aquiles Galán Solchaga
Los jóvenes del campo no emigran solo por ambición, si no para sobrevir.
En los últimos cinco años, mas de 1.5 millones han migrado a Estados Unidos, muchos son jóvenes, muchos del campo, pero detrás de cada cifra hay una historia que casi siempre empieza igual: falta de oportunidades, sin escuela cercana, sin agua y sin apoyos o estímulos para trabajar sus tierras. Y de pronto un joven termina del otro lado, recogiendo cosechas que no son suyas, en un idioma que tampoco lo es, donde hoy se atentan y violentan sus derechos humanos e integridad también.
Normalmente las causas de la migración siempre siguen un patrón, causas económicas, reunificación familiar, problemas políticos y sociales o la educación son parte de este fenómeno en México.
Bien, habiendo contextualizado este fenómeno, quiero hablar sobre la realidad que no percibimos en la ciudad y que incluso suele quedar fuera del ojo social, de las agendas políticas y relegado a la marginación.
“El campo mexicano”. En México, el campo ya no es sinónimo de esperanza. De los millones de hectáreas cultivables, muchas están en abandono; y de quienes las trabajaban, la mayoría envejece entre la precariedad y el olvido. Solo el 2 % de los productores agrícolas en México tiene entre 18 y 30 años. ¿Dónde están los demás? Algunos empacan maletas desde Oaxaca, Chiapas, Guerrero o San Luis Potosí.
Según datos de la Secretaría de Agricultura y el INEGI, en los últimos años más de 300 mil jóvenes del sector rural han abandonado su lugar de origen. Muchos cruzan a Estados Unidos para hacer lo mismo que aquí ya no pueden: trabajar la tierra. Solo que allá, para otros.
En lugar de invertir en sus comunidades, de crear universidades rurales, de asegurar la propiedad de la tierra para los jóvenes, el Estado ha optado por dejar que el abandono haga su parte.
¿Porque es importante el relevo generaciónal? Sin jóvenes, no hay cambio, no hay innovación, no hay quien defienda el territorio frente al crimen organizado o el despojo empresarial.
Y la realidad es que no se trata de una minoría, hablamos de un sector muy amplio, que incluso sigue apoyando a la economía de México desde afuera. ¿Sabes cómo? La respuesta son las remesas, indicadores a nivel nacional, demuestran un monto acumulado de ingresos por remesas en el periodo de enero a marzo de 2025, resultante de (14 mil 269 millones de dólares). Y solo en San Luis Potosí durante el
año 2024 se registró un ingreso por (40 mil 624 millones de pesos) en remesas. Datos proporcionados por la “Organización Binacional Fuerza Migrante”.
No todo está perdido. Hay jóvenes organizándose, cooperativas rescatando la milpa, proyectos agroecológicos, universidades comunitarias. Pero necesitan políticas públicas reales, no discursos. Necesitan tierra, inversión, reconocimiento.
El fin de la política es trabajar de manera cooperativa con la sociedad por el bien de la sociedad y el país.
Bonito día…