Semanas antes de ser privado de su libertad y posteriormente ejecutado, un policía municipal de Empalme, Sonora, expresó un deseo muy particular, el cual tenía dos peticiones: uno, que no le enviaran flores a su tumba; y dos, que donaran croquetas a aquellos perritos que no tuvieran dueño.
Así lo solicitó el pasado 21 de julio del presente año mediante su cuenta de Facebook, situación que al final del día terminó siendo respetada por sus conocidos.
El día que me toque dejar este mundo solo les quiero pedir a mi familia y amigos que no gasten en arreglos de flores que no voy a ver. Mejor lo que gasten en flores gástenlo en croquetas para que sean donadas a un albergue de perritos. ASÍ QUE YA SABEN, SE LOS DEJO DE ENCARGO”, fue lo publicado por el oficial.
Y fue el pasado 13 de agosto cuando la fundación Huellas de Ángel A.C. por medio de una de sus miembros activo, dio a conocer una donación precisamente de croquetas, hecha por la familia de Manuel Alejandro, quien le tenía un gran amor a los animales, especialmente a los canes.
Me gusta recibir croquetas en donación, pero no de ésta manera, no a este precio. Hoy nos visitó la familia de Manuel, nuestro amigo y amante de los animalitos. Él falleció hace unos días y su última voluntad fue que trajeran croquetas a donar a los animalitos del Refugio”, agradeció la persona identificada como Matt Parra.
En el mismo escrito, la mujer relató que el policía fallecido la ayudó en algunos rescates de perritos, así como en la adopción de algunos cuantos más que se quedaba él y sus seres queridos.
Asimismo, aseguró que Manuel Alejandro donaba croquetas al refugio animal y que cuando fue sepultado, ella se encargó de dejarle como regalo de despedida un perrito artesanal.
Esto fue Alejandro en vida, una gran persona y un muy buen ciudadano, portaba su uniforme con mucho orgullo, y hacia su trabajo igual, siempre con una sonrisa para ofrecer al prójimo. Deseo que tenga un descanso eterno y a sus familiares les dé pronta resignación por está gran pérdida”, puntualizó la beneficiada.
Manuel Alejandro murió a los 367 años de edad, en un crimen que ya se encuentra investigando la fiscalía estatal.
Excélsior