El exsecretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard ha afirmado que luchará por defender la legalidad de todo el proceso interno de definición de la candidatura presidencial de Morena. El exfuncionario hizo esta declaración en una reunión a puerta cerrada con los colaboradores que fungieron como representantes en las secciones donde el partido aplicó la encuesta con la que decidirá la candidatura, de acuerdo con dos personas que participaron en el encuentro. La afirmación de que velará por la integridad de todo el proceso abarca no solo las incidencias detectadas en el levantamiento de la encuesta, en la última semana, sino también las irregularidades previas que vulneraron el piso parejo de la contienda interna durante meses. Ebrard dijo a sus colaboradores: “No nos vamos a quedar callados”, según ha señalado una de las fuentes, que ha asegurado que fueron las palabras textuales del exfuncionario.
El excanciller agregó, en un discurso de media hora, que respetará la voluntad de la gente recogida en la encuesta, incluso aunque no favoreciera a su causa. Sin embargo, advirtió de que, allí donde haya ilegalidades, va a alzar la voz y va a promover las denuncias correspondientes. Ebrard no habló de ruptura con el partido en caso de perder la contienda, pero sí de hacer lo moralmente correcto en defensa de la pulcritud de la interna, según las fuentes. El político dijo también que era una obligación con sus principios, pues él siempre ha luchado por la democracia.
El evento con su equipo tuvo lugar en un hotel pocas horas antes de que el partido en el Gobierno diera comienzo a la revisión de los paquetes que contienen las encuestas, en el World Trade Center. Al llegar a la reunión, Ebrard dijo a los medios que estaba muy contento, aunque en guardia. “Siempre tenemos que estar preocupados porque este proceso salga bien y que Morena demuestre que tiene superioridad ética sobre los demás”, señaló a los periodistas.
Este miércoles se dará a conocer finalmente quién, de entre todos los aspirantes, abanderará el movimiento de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2024 y enfrentará a la oposición. La contienda morenista se ha cerrado en la recta final entre dos aspirantes: Ebrard, que ha sido situado por la mayoría de las mediciones en segundo lugar, y la exjefa de Gobierno de la capital Claudia Sheinbaum, puntera en las quinielas.
Ebrard dijo en su reunión que era necesario cuidar el proceso interno de Morena porque él y sus colaboradores dieron la batalla por volverlo mínimamente equitativo. El excanciller citó el ejemplo de que fue gracias a esa lucha que se estableció como requisito que los aspirantes tenían que renunciar a sus cargos públicos para poder participar en la encuesta. Otro de sus logros fue que la voluntad popular se recogiera mediante una boleta electoral, y que una sola pregunta del cuestionario —la de a quién prefiere la gente como candidato o candidata— fuese la decisiva.
Las denuncias de Ebrard y de sus representantes sobre presuntas irregularidades han atravesado durante meses el proceso morenista. Tanto él como sus voceras, Malú Mícher y Martha Delgado, han denunciado la intervención de funcionarios públicos en la contienda para favorecer a Sheinbaum y han expuesto el enorme gasto de la aspirante en pinta de bardas y colocación de espectaculares. Recientemente, Mícher protestó por la elección de dos firmas encuestadoras —Buendía y Demotecnia— para hacer los levantamientos “espejo” (según la postura de las voceras, esas empresas son muy favorables a las aspiraciones de la exmandataria capitalina).
Ebrard aprovechó para lanzar una crítica al dirigente de Morena, Mario Delgado, que en días previos ha sostenido que las incidencias en el levantamiento de la encuesta han sido marginales. El excanciller dijo que no sabe “en qué mundo vive” Delgado, puesto que el equipo de Ebrard las considera más bien graves, de acuerdo con las fuentes. El distanciamiento entre ambos políticos ha sido manifiesto. Ebrard y Delgado fueron alguna vez cercanos, cuando el primero fue jefe de Gobierno de la capital (2006-2012) y el segundo se desempeñó como su ministro de Finanzas.
Algunos colaboradores del excanciller tomaron la palabra en la encerrona para hacer un balance de la interna morenista y reportar las incidencias de la encuesta. Le hicieron notar a Ebrard que continuarán a su lado no importando el resultado. Los entusiastas le gritaron varias veces “¡Presidente!”, y también “¡No estás solo!”. Ebrard agradeció a todos su acompañamiento y colaboración. El mensaje del exsecretario, que ha militado al lado de López Obrador casi 25 años, no fue de derrota, a pesar de las manifiestas adversidades que obstaculizan su marcha a Palacio Nacional. Eran horas clave para el partido en el que milita, pero también decisivas para el rumbo de su propio proyecto de vida. Lo que haga después del anuncio oficial de resultados este miércoles es parte de un nuevo capítulo que él, el autor, no se ha precipitado en escribir.
El País