
Los hospitales en Estados Unidos empezaron el lunes a desempacar las valiosas cajas congeladas de la vacuna contra el coronavirus y las primeras inoculaciones se esperan en breve, en un histórico intento por frenar la enfermedad que ha matado a casi 300.000 personas en el país.
«Se siente que la caballería llega al rescate», indicó Robert C. Garrett, director general de Hackensack Meridian Health, en momentos en que la mayor empresa de salud de Nueva Jersey esperaba la llegada del medicamento.
La vacuna, elaborada en conjunto por la estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech, es la primera en ser aprobada por el la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) y será usada en la mayor campaña de vacunación en la historia del país. Otros países han aprobado la vacuna también, como por ejemplo Gran Bretaña que empezó a vacunar a su población la semana pasada.
En Estados Unidos, los primeros en ser vacunados serán personal médico y residentes de albergues de ancianos. La esperanza que embarga a esos sectores de la población se ve atemperada por la tristeza ante la gran cantidad de fallecimientos, y la fatiga tras una intensa lucha de meses contra una pandemia que sigue causando estragos en todo el mundo.
«Esto es como estar casi al final de un maratón: uno está exhausto pero a la vez sabe que se acerca el final», comentó el doctor Chris Dale, de Swedish Health Services en Seattle.
Las primeras de las 3 millones de dosis empezaron el domingo a ser transportadas por camión o avión desde la fábrica de Pfizer en Kalamazoo, Michigan. Todas son cuidadosamente empacadas en hielo seco a fin de garantizar que permanezcan en temperaturas gélida para que no pierdan su efectividad. Una vez lleguen a los respectivos centros de distribución, cada estado decidirá dónde empezar a aplicarlas.
El personal de algunos hospitales del país se pasó el fin de semana escrutando los sitios web de las compañías de transporte FedEx y UPS a fin de rastrear la trayectoria de sus envíos.
Cada semana saldrán más vacunas Pfizer-BioNTech y en pocos días la FDA evaluará la posibilidad de aprobar otra versión de la vacuna, fabricada por Moderna Inc.
Una enfermera de cuidados intensivos de un hospital del barrio de Queens, Sandra Lindsay, ha sido la primera neoyorquina inoculada con la vacuna contra la covid-19 desarrollada por la farmacéutica Pfizer.
En una conexión en directo a través de video, en la que participó el gobernador del estado, Andrew Cuomo, Lindsay, que trabaja en el hospital Jewish Medical Center, en Queens, uno de los barrios más golpeados por la pandemia en el país, recibió la vacuna a las 9.23 hora local (14.23 GMT)
«Espero que esto marque el principio del final de un tiempo muy doloroso en nuestra historia», dijo esta enfermera afroamericana tras recibir la dosis de la vacuna.
AGENCIAS
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