El ejército sirio se preparaba este domingo para lanzar una ofensiva contra Alepo, la gran ciudad del norte del país, para reconquistar las zonas dominadas por los rebeldes, varios días después de hacerse con el control, con ayuda del Hezbolá libanés, de la localidad clave de Quseir.
En Líbano, donde crece la inquietud ante la posibilidad de que el conflicto sirio traspase las fronteras, un joven que se manifestaba contra la participación del movimiento chiita libanés Hezbolá en los combates en Siria murió tras ser alcanzado por disparos.
“Es probable que la batalla de Alepo comience o en las próximas horas, o en los días que vienen, y esto para recuperar los pueblos y ciudades ocupadas (por los rebeldes) en la provincia”, afirmó un responsable de los servicios de seguridad sirios.
La semana pasada las tropas de Bashar al Asad, apoyadas por militantes armados del Hezbolá, retomaron el conjunto de la región de Quseir, un bastión rebelde en el centro-oeste del país.
Analistas habían afirmado a la AFP que el régimen, reforzado por su victoria en Quseir, se preparaba para lanzar ofensivas en otras regiones del país que están fuera de su control.
El periódico sirio Al Watan, cercano al poder, indicó el domingo que el ejército “comenzó a desplegar tropas a gran escala en la provincia de Alepo, preparándose para una batalla que se librará en el interior de la ciudad y en su periferia”.
Hace casi un año, los rebeldes lanzaron la batalla de Alepo y desde entonces, los combates y bombardeos son diarios en la segunda ciudad del país, ex capital económica de Siria.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó hace dos días de que el ejército sirio concentraba “miles” de soldados en la región de Alepo con el objetivo de tomar las posiciones rebeldes y cortar las vías de suministro en armas desde Turquía.
El OSDH también indicó que el Hezbolá envió “decenas de cuadros para formar a centenares de sirios chiitas en el combate”, pero no combatientes.
Este domingo, esta ONG informó de que rebeldes islamistas opuestos al régimen sirio de Bashar al Asad mataron delante de su familia a un adolescente de 15 años al que escucharon utilizar una expresión que consideraron como una blasfemia, en un barrio de Alepo controlado por los insurgentes.
Le pegaron dos balazos, uno en la boca y otro en la nuca, delante de sus padres y hermanos, precisó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
En Beirut, la manifestación de un grupo de jóvenes ante la embajada de Irán contra esta participación del movimiento chiita libanés en el conflicto sirio se saldó con la muerte de uno de ellos alcanzado por disparos.
Se trata del incidente más grave en la capital libanesa relacionado con el conflicto sirio.
La víctima murió alcanzada por las “balas en la espalda mientras participaba en una manifestación contra el Hezbolá ante la embajada de Irán”, indicó un responsable de los servicios de seguridad a la AFP.
Según el ejército, la víctima fue abatida tras una pelea entre manifestantes anti-Hezbolá y partidarios del movimiento chiita ante la embajada de Irán, país que apoya al Hezbolá.
Al mismo tiempo, un centenar de personas se reunieron en la plaza de los Mártires en el centro de Beirut bajo un lema: “Los libaneses con la libertad y la dignidad del pueblo sirio, contra la batalla del Hezbolá en Siria”.
La intervención del Hezbolá en la batalla de Quseir fue decisiva para la victoria de las fuerzas de Bashar al Asad después de dos semanas de enfrentamientos.
Según un responsable de la Cruz Roja libanesa, al menos 87 sirios heridos en Quseir fueron hospitalizados en Líbano desde el viernes por la tarde.
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