Estos programas permiten que los pequeños conozcan a niños de otros países, aprendan un nuevo idioma, se acerquen a las culturas de otras naciones y fortalezcan su seguridad al viajar sin los padres
Las vacaciones de verano están por llegar. Los niños esperan ansiosos a que la campana de la escuela toque anunciando el término de clases. Es el momento de olvidarse de las aulas y divertirse.
Más allá de jugar con los amigos de la cuadra un par de horas fuera de casa sin pensar en las tareas cotidianas, los campamentos de verano permiten experimentar días de descanso desde otro ángulo, donde el esparcimiento no está peleado con el estudio.
Además de aprender un idioma nuevo o bien, reforzarlo y practicarlo, este tipo de programas tienen otra serie de ventajas.
“Convivir con niños de otros países les abre la mente y el mundo y se acercan a otras formas de vida, lo que en un viaje a Disney con sus papás no podrían conocer”, dijo Lucía Mellone Torres, directora comercial de Cosmoeducación, dedicada a la organización de este tipo de excursiones en el extranjero.
En bosque o ciudad
Los campamentos de verano son programas especialmente diseñados para niños de entre siete y 17 años, en los que pueden aprender idiomas, deportes y realizar actividades culturales de acuerdo a sus propios gustos y aptitudes en sitios adaptados para ello, ya sea en bosque o ciudad, siempre guiados por expertos que los supervisan, ayudan y cuidan.
Actualmente se ofrecen campamentos de verano temáticos, donde además de impartir clases de idiomas (inglés, francés y alemán), se ofrecen cursos específicos que pueden estar enfocados a los deportes o a las artes.
Los hay para aprender futbol soccer, americano, basquetbol, equitación, natación y boliche; o de artes, ya sea de guitarra, dibujo, teatro, cine, fotografía, baile, pintura y hasta cocina o artes circenses. Asimismo, acercan a los pequeños a la ciencia y el cuidado del medio ambiente.
Por primera vez
Antes de empacar es importante asesorarse y sobre todo saber lo que desea aprender cada niño, pues “no se trata de que ellos se la pasen mal o lo vean como una cárcel”,
dijo Lucía Mellone.
Si va a elegir un campamento de verano por primera vez, es necesario tener claro cada punto del programa, horarios, destinos, comunicación y seguridad durante el viaje.
Analí Castro, encargada de los programas de los campamentos de verano de Mundo Joven indicó que es primordial que los menores tengan ganas de viajar, que estén conscientes de que no verán a sus padres durante el tiempo que dure la experiencia y que puedan adaptarse a los nuevos climas, costumbres y ciudades.
Castro señaló que no hay que crear falsas ilusiones a los menores y es indispensable siempre hablarles claro sobre el campamento, lo que van a comer, los horarios que tendrán, los días que estarán separados de su familia, las tareas que tendrán que realizar, el tipo de actividades que realizarán, las clases que tomarán, así como las características reales del lugar que visitarán: si dormirán en cabañas, solos o con compañeros y qué sitios visitarán (museos, galerías, teatros o plazas).
Las especialistas recomiendan alentar a los pequeños y hacerles saber cuáles serán sus responsabilidades durante la travesía, cómo cuidar sus pertenencias (dinero, documentos de viaje, como el pasaporte o la visa, mochila, ropa y artículos electrónicos).
Planeación
Las asesoras mencionan que lo ideal es planear un campamento de verano con seis meses de anticipación, en caso de viajar al extranjero y contar con todos los documentos necesarios para salir del país, como el pasaporte o la visa, en el caso de Estados Unidos y Canadá, pero si el menor ya cuenta con esos requisitos aún es muy buen tiempo para comenzar a elegir el mejor campamento.
Si elige uno fuera del país y ya cuenta con los papeles requeridos es posible inscribirse hasta con cuatro semanas previas al viaje, pues tan sólo para obtener la visa a Estados Unidos y Canadá se necesitan de dos a tres semanas para hacer el trámite.
En caso de optar por uno al interior de la República Mexicana bastará con dos semanas, dentro de las que se contempla la compra del boleto de avión y el cupo del campamento.
Cómo, cuándo y dónde
La mejor edad para vivir esa experiencia, según las expertas, son los nueve y diez años, ya que es cuando lo pequeños son más independientes en sus decisiones y acciones, son más dinámicos y tienen mayor adaptación a los diferentes entornos.
En México, Valle de Bravo, Hidalgo y Querétaro son algunos de los destinos elegidos para los campamentos de verano, mientras en el extranjero las opciones van desde Los Ángeles, Nueva York y Orlando, en Estados Unidos, hasta Toronto, Montreal, Vancouver, Quebec y Ottawa, en Canadá o Inglaterra, Francia, en Europa; incluso los hay para Austria, Alemania y Australia.
La duración de los campamentos varía, puede ir de una semana y hasta nueve semanas. Los costos dependen de las clases, el destino y la duración e incluyen transporte, las clases, alojamiento y comidas.Las tarifas para el extranjero van de los dos mil y hasta los ocho mil 500 dólares.
Con información de: http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2013/05/25/900855#.UaDY81enMBI.twitter
