Por su carisma, trabajo y habilidad política, J.W. Lown fue reelecto en 2009, por cuarta ocasión, como alcalde de San Angelo, Texas. La última elección la ganó con 90% de los votos.
Con todo a su favor para escalar a altos vuelos en la política estadunidense, Lown dejó todo por amor a un joven indocumentado mexicano.
Nunca habló de su opción sexual durante los tres periodos que fungió como alcalde, pero su homosexualidad, afirmó él mismo, era “uno de los secretos peor guardados de San Angelo”.
“Cuando tienes 33 años y sigues acompañando a tu hermana a cualquier actividad social, la gente empieza a pensar cosas”, dijo a la agencia AP, que sacó a la luz pública el caso del alcalde casi cuatro años después de que abandonó su carrera política.
La relación empezó desde que Lown tenía 32 años. El joven inmigrante mexicano, originario de Guanajuato, cuyo nombre se omite para no afectar a sus familiares que aún viven en Estados Unidos de forma ilegal, tenía entonces 20 años y estudiaba la carrera de Economía en la Angelo State. El mexicano conoció al alcalde cuando hacía un trabajo para una clase.
Los dos se entendieron bien y comenzaron a verse. El nuevo amigo de Lown llegó a Texas en 2004 para estudiar y le fue muy bien. Figuraba en las listas de los mejores estudiantes y, además, enseñaba salsa.
Con una carrera en franco ascenso, los asesores de Lown le imploraron que terminara su relación, ya que si la noticia se filtraba, podía representar el fin de su carrera y también corría el riesgo de terminar en la cárcel por darle refugio a un inmigrante ilegal.
Pocos días después de haber sido reelegido por cuarta ocasión, Lown tomó una decisión:
“Puse mis cosas en el auto, enfilé hacia la frontera y no volví a mirar atrás. Igual que (en la película) Thelma y Louise”, dijo a AP.
“Finalmente comprendí que no podía vivir lamentándome el no haber apostado una vez al amor”, declaró.
En la mañana del 9 de mayo de 2009, los funcionarios de la nueva administración se congregaron en el edificio municipal para asumir sus cargos. Pero el reelegido alcalde nunca llegó. Una hora después el administrador de la municipalidad les dio la noticia: Lown se había ido del país.
El diario San Antonio Express-News publicó que con esa decisión, hace cuatro años, San Angelo había perdido a uno de los alcaldes más populares de su historia, y Lown –considerado una estrella naciente de la política del occidente de Texas– “vio interrumpido su fulgurante ascenso”.
Y es que las leyes de inmigración de Estados Unidos no consideran permisos de residencia para las parejas inmigrantes de estadunidenses homosexuales, sólo los heterosexuales tienen esa facilidad, por eso muchos deciden irse al exterior.
Es el caso de Lown, quien después de analizar todas las posibilidades legales para que su pareja pudiera vivir con él en San Angelo, decidió viajar a San Miguel de Allende, Guanajuato.
“Honestamente, no podía jurar respetar las leyes de este país y seguir en esta relación”, expresó Lown.
En los años que siguieron a su fuga trató de evitar las cámaras de televisión y la prensa amarilla, que fue a San Angelo a indagar sobre la historia del alcalde gay y su amor prohibido en el corazón de un estado conservador como Texas.
Sin embargo, ahora que el debate sobre las leyes de inmigración y el matrimonio entre personas de un mismo sexo ha ganado relevancia nacional, el exalcalde ha dado la cara nuevamente con la esperanza de que su caso influya en la opinión pública.
“Duele pensar en todo esto. Tuve que dejar mi familia, ocho años de esfuerzo para construir una reputación estelar en la comunidad. Espero que el país haya evolucionado lo suficiente como para que podamos hablar de esto”, declaró desde su nuevo hogar, San Miguel de Allende, donde radica con su compañero.
La concesión de derechos a las parejas del mismo sexo es uno de los aspectos más polémicos de la reforma a las leyes de inmigración que se debate actualmente en Estados Unidos.
La postura del presidente Barack Obama al respecto es que las personas del mismo sexo que tienen una “relación permanente” deben disfrutar de los mismos privilegios que los heterosexuales en lo que se refiere al derecho a pedir la residencia para un compañero extranjero.
Algunos sectores, incluidos varios republicanos y agrupaciones religiosas, se niegan terminantemente a considerar esa posibilidad, pero hay quienes creen que Lown podría incidir en el debate.
Recientemente le envió una carta al principal opositor a la reforma, el representante republicano Lamar Smith, de San Antonio.
Lown trabajó para él como pasante a fines de la década de 1990 y trató de usar ese vínculo personal para hacerlo cambiar de parecer.
Le escribió:
“San Angelo es donde quiero vivir. Pero no pienso volver si (su compañero) no puede venir conmigo”.
Alicia, hermana de J.W. Lown, afirmó recientemente que todavía no han encontrado alguien que pueda ocupar el lugar de su hermano.
Sin embargo, en San Angelo circula persistentemente el rumor de que Lown volverá en cualquier momento y se postulará nuevamente para la alcaldía.
“Si lo hace nos ganaría por paliza a todos nosotros”, expresó Dwain Morrison, uno de los tres candidatos a la alcaldía para las elecciones de mayo próximo.
Desde que se radicaron en San Miguel de Allende, el compañero de Lown terminó sus estudios y el exalcalde trabaja en bienes raíces y estudia en una universidad mexicana.
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